In Memoriam. La contribución de Erik Olin Wright a la sociología y el pensamiento de izquierda: Una mirada desde América Latina

Erik O. Wright propuso un proyecto de Ciencia social emancipatoria (CSE), definida como la generación de conocimiento científico relevante para el proyecto colectivo de eliminación de diferentes formas de opresión, de modo tal de crear condiciones para que las grandes mayorías de la humanidad (que bajo el capitalismo están condenadas a la miseria) puedan vivir una vida plena.

por Rodolfo Elbert y Pablo Pérez

Imagen / Erik Olin Wright en la “Luxemburg Lecture”, Berlín, 17 de mayo, 2011. Fuente: Rosa Luxemburg-Stiftung


La muerte del estadounidense Erik O. Wright el pasado 23 de enero significó la partida de uno de los sociólogos marxistas más importantes de finales del siglo XX y principios del siglo XXI. Comenzó su formación académica a fines de los 1960s, en un ambiente intelectual cruzado por fuerzas antagónicas. Por un lado, la sociología académica en los Estados Unidos estaba todavía dominada por el estructural funcionalismo y las teorías de la estratificación social; en las cuales las preguntas por la desigualdad social se planteaban a nivel de los individuos y sus atributos. Por otro lado, como estudiante, formaba parte de la generación movilizada contra la guerra de Vietnam, que empezaba a cuestionar las bases ideológicas del capitalismo estadounidense. En este contexto, Wright abrazó el marxismo, no sólo como inspiración para el activismo anticapitalista, sino principalmente como perspectiva teórica para comprender la realidad. Convencido de que el marxismo podía constituir un paradigma explicativo superior de la desigualdad social en las sociedades capitalistas, Wright emprendió la tarea de actualizar el concepto de clase social de Marx. En particular, se propuso realizar una operacionalización del concepto que permitiera demostrar su superioridad explicativa en el terreno aparentemente más hostil al marxismo: la explicación de la persistencia y crecimiento de los sectores “medios” en la estructura de clases de las sociedades capitalistas avanzadas.

Luego de varias décadas de crecimiento económico derivado de la “la era dorada” del capitalismo de posguerra, la sociología norteamericana estaba crecientemente interesada en explicar el crecimiento explosivo de ocupaciones y formas de trabajo (por ejemplo, empleados de “cuello blanco”, gerentes, supervisores, asalariados expertos y altamente calificados) cuya posición de clase difícilmente podía ser descrita por las categorías de “burguesía” o “proletariado”. Mientras las teorías de la estratificación predominantes en ese país proponían explicar el lugar de esas posiciones en la estructura social en base a atributos individuales—por ejemplo, el nivel educativo o los ingresos monetarios de las personas—, las perspectivas marxistas se mostraban incapaces de entregar respuestas satisfactorias. Así, había quienes llamaban a ignorar la relevancia del fenómeno, inspirados en la creencia de que (tal como supuso Marx) el capitalismo polarizaría “inevitablemente” la estructura de clases. Entre aquellos/as que sí intentaron explicar la posición estructural de estos sectores en clave marxista, algunos decidían incluirlos directamente como parte del proletariado, lo que se convertía en sinónimo de la amplia categoría de “asalariado”. Otros autores/as, como Nikos Poulantzas, defendían la postura opuesta, al identificar al proletariado con grupo reducido de trabajadores “productivos” (más propios del siglo XIX que de la segunda mitad del siglo XX).

En este contexto, Wright propuso una explicación basada en la teoría marxista de la explotación, definida como un mecanismo objetivo de la economía capitalista, que genera agentes con intereses materiales antagónicos al nivel del proceso de producción. La explotación, para Wright, genera una interdependencia antagónica entre los explotadores (la burguesía) y los explotados (el proletariado) ya que, a diferencia de una relación de opresión no explotativa, la burguesía sólo puede realizar su interés económico explotando el trabajo humano de los proletarios. Para Wright, esto da un poder objetivo a los trabajadores y convierte los intereses objetivos de clase en activadores potenciales de la lucha de clases.

Sin embargo, esta definición todavía planteaba una polarización pura de la estructura de clases que no parecía incluir a los sectores medios en expansión. Para explicar esta situación de manera coherente, Wright propuso el concepto de “posiciones contradictorias de clase en el marco de relaciones fundamentales de clase entre la burguesía y el proletariado”. De esta manera identificó a todas esas posiciones sociales que, siendo parte de la clase asalariada explotada, suponían al mismo tiempo la ejecución de tareas delegadas por parte de la burguesía (por ejemplo, roles de planificación, organización de la producción y/o supervisión del trabajo de otros). Esto los ubicaba en una posición privilegiada en el marco de las relaciones de dominación en el punto de producción; lo cual les aseguraba una “renta de lealtad” que les permitía reducir su tasa de explotación.

Esta nueva conceptualización fue clave para entender desde una perspectiva marxista el concepto de “clase media” en las sociedades capitalistas contemporáneas. Desde esta perspectiva, dichas posiciones se caracterizan por ser explotadas en el proceso de producción, pero a la vez ejercer un poder de dominación que garantiza la extracción de plusvalía de otros asalariados. Por ello tienen un interés de clase contradictorio. Para Wright, en efecto, el carácter de clase de estos sectores no depende de los criterios gradacionales típicamente utilizados en sociología (por ejemplo, su el nivel “intermedio” de ingresos o de estatus socieconómico), sino más bien, del hecho de estar internamente atravesadas por la contradicción fundamental de la sociedad capitalista—la contradicción de intereses objetivos entre explotados y explotadores—.

La reformulación marxista de la clase media tuvo implicancias analíticas, investigativas y políticas que fueron centrales. Analíticamente, esto supuso romper con el supuesto de que una posición de clase puede tener solo un tipo de intereses de clase (en efecto, a la base del modelo de Wright está el supuesto de que hay posiciones de clase que comparten intereses de clase tanto con la burguesía como con el proletariado). En términos de investigación empírica, esto supuso el desarrollo de una agenda muy ambiciosa en donde, por primera vez, se logró operacionalizar para la investigación empírica cuantitativa conceptos marxistas como “posición de clase en el marco de relaciones de explotación” o “conciencia de clase”. En efecto, a diferencia del concepto de “clase de servicios” desarrollado desde enfoques neo-weberianos para describir a la “nueva clase media”, la definición de Wright se sustentó en una estricta lógica de operacionalización, a través del despliegue de dimensiones y sub-dimensiones teóricas que definen los indicadores a utilizar en el plano de la medición. Finalmente, en términos políticos esto supuso pensar a la clase media como una clase cuyos intereses la lleva a oscilar “como péndulo” en los conflictos de clase jalonados “desde los extremos” por capitalistas y trabajadores.

Al desarrollar esta tarea, Wright demostró que es posible emprender un programa de investigación que defienda un núcleo conceptual marxista y pueda testear sus hipótesis utilizando los métodos de investigación disponibles en las ciencias sociales. Ello se tradujo una serie de esfuerzos por parte de Wright, los que, sin duda, son parte de su legado. Destaca, por ejemplo, su deseo de clarificar los conceptos utilizados por él tanto como sea posible, así como su énfasis por ser totalmente abierto respecto de las decisiones metodológicas tomadas durante el proceso investigativo (lo cual, en la investigación cuantitativa, es clave). De modo más notable aún, destaca las innumerables veces en que el mismo Wright reconoció abiertamente las limitaciones de su trabajo, así como las veces en fue explícito en aceptar cuando los resultados empíricos no sostenían sus hipótesis definidas teóricamente (práctica no muy común entre los/as sociólogos/as mainstream, a quienes tanto les gusta criticar a las perspectivas marxistas por su aparente sesgo ideológico).

En términos generales, esta agenda de investigación representó el primer paso de Wright en su ambicioso proyecto de desarrollar una ciencia social emancipatoria (CSE), definida como la generación de conocimiento científico relevante para el proyecto colectivo de eliminación de diferentes formas de opresión, de modo tal de crear condiciones para que las grandes mayorías de la humanidad (que bajo el capitalismo están condenadas a la miseria) puedan vivir una vida plena. Para Wright las tareas de la CSE son tres: 1) elaborar un diagnóstico sistemático y una crítica del mundo tal cual es, 2) sentar las bases para imaginar alternativas viables a él, y 3) entender los obstáculos, posibilidades y dilemas de la transformación social.

Su trabajo sobre clases sociales y el proyecto intelectual del marxismo sociológico que emprendió junto a otros como Michael Burawoy, se enfocan en la primera tarea de diagnóstico y crítica del mundo tal como es (Burawoy y Wright, 2002). El objetivo central de este programa de investigación es el análisis las dinámicas y los dilemas de la reproducción y el cambio en el capitalismo a partir de una teoría de clases sociales centrada en el concepto marxista de explotación. Este programa de investigación defiende el núcleo teórico de la teoría marxista (la centralidad de la explotación para explicar la desigualdad social en el capitalismo), y desarrolla sus investigaciones empíricas utilizando los métodos más avanzados de las ciencias sociales. Por su parte, el trabajo de Erik Olin Wright en el proyecto Envisioning Real Utopias (2015) (y su desarrollo más reciente, que será publicado como How to be an anticapitalist in the XXI century?) se concentra en la evaluación de las alternativas al capitalismo, así como una teoría de la transformación que indique las mejores estrategias colectivas para la superación de este sistema social y la construcción de una sociedad igualitaria y democrática.

Este proyecto intelectual es altamente relevante para la sociología latinoamericana. Como latinoamericanos, vivimos en una de las regiones más desiguales del planeta, en el cual la polarización económica se mantiene o se ha profundizado en las últimas décadas y la depredación de los recursos naturales y la mercantilización del trabajo ha llegado a niveles insospechados. Continuar con el legado de Erik Olin Wright es clave para contribuir a la comprensión crítica de estas realidades e imaginar alternativas en las cuales las masas latinoamericanas puedan vivir una vida plena, libre de la opresión y la pobreza a las que son sometidas en el sistema capitalista. En esta dirección, nos gustaría cerrar esta nota enumerando algunas de las líneas de investigación que, inspiradas en el trabajo teórico y empírico de Erik Olin Wright, pueden ayudarnos en esta tarea:

  1. El estudio de la estructura social de países latinoamericanos y sus cambios en el tiempo, con eje en el análisis del tamaño y la composición de las posiciones contradictorias de clase. Estos estudios podrían seguir el modelo del clásico capítulo “La estructura de clase en las sociedades capitalistas avanzadas” de su libro Clases, Crisis y Estado (1983), o de la reformulación planteada en Clases (199). El concepto de Wright puede guiar nuestro interés al estudio de las fracciones de profesionales asalariados o autónomos y de los gerentes medios y altos en la estructura social. ¿Ha habido un crecimiento de estos sectores en el período de crecimiento económico de América Latina durante los 2000? ¿Qué efectos tienen los diferentes modelos de capitalismo latinoamericano sobre el tamaño y la composición de estos sectores? ¿Es diferente la situación en los distintos países de la región?
  2. Un segundo aspecto de los estudios de estructura social en clave wrightiana es el análisis de la fracción informal del proletariado; o de los sectores empleados en el sector informal en general. En su último libro Comprender las clases sociales (2018), Wright plantea un debate con aquellas posiciones que sostienen que los asalariados informales o precarios conforman una “nueva clase social”. En contraposición a dichas tesis, él sostiene que a nivel del sistema económico, los trabajadores formales no precarios comparten un interés de clase objetivo con los precarios y los informales debido a que se trata de grupos explotados y dominados en el proceso de producción. También nos podríamos preguntar sobre el interés de clase del cuentapropismo informal, tan característico de las estructuras de clase latinoamericanas. ¿Comparten estos sectores el interés de clase de los asalariados informales? ¿Cuál es su vínculo con los asalariados formales? ¿Forman parte de una clase trabajadora ampliada junto a ambos sectores, o al no ser asalariados tienen otra posición de clase? Como vemos, el planteo de Wright no se propone cerrar el debate, sino todo lo contrario. A partir del supuesto teórico de la relevancia de los intereses de clase, se puede encarar un programa de investigación para analizar el tipo de relaciones sociales que unen o separan a estas fracciones de la clase trabajadora, y estudiar el cambio de estos vínculos a través del tiempo y en distintas geografías.
  3. Estudios que tomen a la clase social como una variable independiente para investigar diversos fenómenos sociales. Este tipo de estudios deberían seguir el modelo de Class Counts (1997), donde a lo largo de diferentes capítulos Wright analiza el efecto de la clase para explicar diferencias en temas variados, como identidad de clase, vínculos de amistad, distribución del tiempo de trabajo no remunerado en el seno del hogar, entre otros. Creemos que el aspecto más relevante de este libro es su propuesta de investigar el vínculo entre clase social y conciencia de clase a nivel micro-social. El aspecto más estudiado de este vínculo es el análisis de la relación entre posición de clase objetiva y auto-identificación subjetiva de clase. Sin embargo, en Class Counts (1997) Wright va más allá proponiendo un concepto que permite estudiar la percepción subjetiva que las personas tienen de sus intereses de clase. Si bien este concepto nos ubica en el análisis micro-social, también es útil para realizar una reconstrucción macro-social del tipo de alianzas de clase más factibles en el sistema capitalista. Por ejemplo, la operacionalización del concepto de interés de clase, lo llevó a desarrollar una “Escala de anticapitalismo”, y a demostrar cómo las personas en posiciones de clase trabajadora y las posiciones contradictorias de clase tienen mayor tendencia al anticapitalismo que los capitalistas. Sería interesante aplicar una escala similar en América Latina, a fin de evaluar cuáles son las perspectivas de una alianza anticapitalista de los sectores populares.
  4. Investigaciones empíricas a nivel macro que analicen cómo las clases se organizan colectivamente (por ejemplo, en centrales sindicales y asociaciones empresariales) para defender sus intereses ante el estado. Este tipo de investigaciones podrían recurrir a los aportes hechos por Wright en Clases, Crisis y Estado (1983), donde presenta un modelo general del vínculo entre estado, estructura social y lucha de clases; o en la tercera parte de Comprender las clases sociales (2018). En ella, el autor desarrolla los conceptos de “poder asociativo” y “poder estructural” a fin de entender cómo el balance de poder entre capitalistas y trabajadores permite vislumbrar la posibilidad de que, en determinados contextos político-institucionales, la clase trabajadora pueda realizar sus intereses a través de su organización colectiva y del ejercicio de su poder asociativo.
  5. Tomando como ejemplo el libro Construyendo Utopías Reales (2014) y el próximo a salir How to be an anticapitalist for the 21st century?, se podrían encarar una investigación acerca de las experiencias anticapitalistas actualmente existentes en América Latina, así como de su potencial para expandirse al punto de trascender las bases del sistema capitalista. Un ejemplo que siempre interesó a Wright fue el de las empresas recuperadas en la Argentina, a las que veía como una salida anticapitalista a la crisis económica del 2001. Según su visión, el estado debería tener un rol importante en asegurar la supervivencia y expansión de este sector de la economía, que potencialmente podría reemplazar al sector capitalista en el marco de una crisis sistémica.

Esta breve lista de temas no pretende ser exhaustiva. Más bien, busca dar cuenta del modo en que la agenda de investigación elaborado por Erik Olin Wright puede ser fructífera para entender las complejidades del capitalismo Latinoamericano. Quienes escriben estas líneas hemos tratado de contribuir a este tipo de investigaciones, estudiando cómo y por qué la clase social sigue siendo un concepto central para comprender las dinámicas sociales y políticas latinoamericanas. Este énfasis fue el que motivó a Wright a iniciar su programa de investigación décadas atrás y en un contexto político-económico muy diferente al nuestro. A pesar de la distancia temporal y geográfica, pensamos que todavía existe mucho para aprender del legado de este sociólogo, que a partir de su compromiso con el marxismo y el método científico se propuso no sólo explicar el mundo social, sino también transformarlo.

 

 

Bibliografía

 

Wright, Erik O. (2018[2015]) Comprender las clases sociales, Madrid: Akal

Wright Erik O. (1994[1985]) Clases, Madrid: Siglo XXI España Editores.

Burawoy, Michael y Erik O. Wright (2002) “Sociological Marxism” en Jonhatan Turner (ed.) Handbook of Sociological Theory, Nueva York: Kluwer Academics/Plenum Publishers.

Wright (1983 [1978]) Clases, crisis y estado, Madrid: Siglo XXI España Editores.

Wright, Erik O. (1997) Class Counts, Cambridge: Cambridge University Press.

Wright, Erik O. (2014[2010]) Construyendo Utopías Reales, Madrid: Akal

Wright, Erik. O. How to be an anticapitalist for the 21st century? Londres: Verso. Forthcoming.

 

Nota sobre la bibliografía

Como buen marxista, Erik Olin Wright estaba en contra de los derechos de propiedad intelectual. Por ello, desarrolló una página web muy completa, donde se puede encontrar disponible en PDF la mayoría de sus libros y artículos (principalmente en su versión original en inglés). En ella, también se encuentran publicadas las versiones preliminares de sus libros.

Toda esta bibliografía se puede consultar en: https://www.ssc.wisc.edu/~wright/

 

Rodolfo Elbert

Doctor en Sociología de la Universidad de Wisconsin-Madison (USA).

Pablo Pérez
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Doctor en Sociología de la Universidad de California (San Diego, USA).