Lejos de la casa y el árbol. Factores comunales de los resultados electorales de Apruebo Dignidad. Parte 2

Lejos de los guiños a la ex-Concertación, o alguna especie de viraje al centro político deslavado, el mayor potencial electoral –y, por ende, allí donde más duramente fracasamos en la primera vuelta– está en recuperar la fuerza política y electoral de la revuelta que se expresó en el plebiscito. Son cientos de miles – más precisamente, algo así como 620 mil– las personas que votaron en el plebiscito y no votaron en la elección presidencial. Nuestro error fue permitir que el momento político creado por la revuelta pasara por el lado de gran parte de quienes quisieron ser parte de los cambios traídos por ella, acompañado de un encierro cultural extremo que nos impidió ver lo limitado de nuestra base electoral actual y la lealtad que, a pesar de nosotros mismos, las clases populares siguen teniendo con los proyectos de cambio.

por Matias Gómez Contreras y Pablo Contreras Kallens

Imagen / Celebraciones por el triunfo del Apruebo, 25 de octubre 2020, Concepción, Chile. Fotografía de viciovillano.


Por razones de fuerza mayor, el informe técnico que acompaña a este artículo estará disponible en algunos días más. 

Resumen: Los resultados electorales de primera vuelta dejaron un sabor confuso en la izquierda. Alegría porque alcanzamos una relevancia no vista en la mayor parte de los últimos 50 años. Amarga porque nos sacó una sorpresiva ventaja la apuesta pinochetista de la derecha. Esto exige un análisis para saber quiénes fueron, y sobre todo quienes no fueron, convocados por el proyecto presidencial de Apruebo Dignidad. Nuestro análisis indica que la hipótesis de una base electoral de las amplias clases medias, educadas, urbanas y laicas es real –al menos cuando consideramos factores contextuales. Sin embargo, estas capas medias urbanas a nivel nacional incluyen un diverso abanico de contextos sociales, a pesar incluso de la campaña de Apruebo Dignidad. Un ejemplo clave de la sorpresivamente amplia coalición que dejó a Gabriel Boric en la segunda vuelta son las condiciones de trabajo: mayor desempleo e informalidad laboral se asocian con mejores resultados para la candidatura de Apruebo Dignidad, independientemente del efecto de la educación y los ingresos. Sin embargo, exploramos también el efecto extremadamente negativo que tuvo el cambio en la participación de la elección presidencial respecto al plebiscito constitucional. Utilizando estadísticas descriptivas y simulaciones simples de resultados, vemos que escenarios en los que la participación se parece más al plebiscito los resultados de Apruebo Dignidad hubieran sido mucho más cercanos a los positivos esperados. Todo lo anterior muestra la lealtad que, a pesar de nuestro relativo abandono, tienen las clases populares con los procesos de cambio profundo en Chile; y, por ende, que la apuesta con mayor horizonte electoral y estratégico es volcarse hacia lo que llamamos ‘el electorado de la revuelta’.

1. La resaca electoral de Apruebo Dignidad

El sabor de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2021 para las fuerzas de cambio es confuso. Por una parte, después de décadas de marginalidad, las fuerzas a la izquierda de la ex-Concertación se plantearon como una de las fuerzas políticas más grandes e importantes de Chile. Sumado a los resultados de las elecciones para convencionales constituyentes, se puede ver que la izquierda es más importante que en la mayor parte de los últimos 50 años.

Sin embargo, fue un logro con sabor a fracaso. Después de una multitudinaria primaria en que Gabriel Boric se puso decisivamente por encima de Daniel Jadue, y meses de proyecciones que aseguraban que era posible incluso ganar en primera vuelta, Boric obtuvo el segundo lugar, bastante por debajo de José Antonio Kast. El cotillón quedó guardado cuando nos enfrentamos con la terrorífica realidad de nuestro encierro cultural y electoral: Gabriel obtuvo prácticamente el mismo número de votos en la primera vuelta que el quórum de la primaria de Apruebo Dignidad, 1.814.777 contra 1.750.889, respectivamente. 4 meses, cientos de millones de pesos en créditos y donaciones después, Apruebo Dignidad había sumado apenas un poco más de 60 mil nuevos votos. Como detallamos en un artículo previo, este shock se hace incluso más doloroso al ver los resultados de Franco Parisi, quien desde el extranjero y con un presupuesto seguramente menor, logró mejorar su votación del 2013 en casi un 6% en promedio, planteándose además con contundentes primeras mayorías en parte considerable del norte chileno. Por otra parte, la derecha tradicional se derrumba, y es aplastada por un resultado increíblemente positivo para José Antonio Kast.

El ritmo de la campaña de la segunda vuelta hace difícil pararse a pensar qué pasó, y la parálisis de los primeros días de campaña se hicieron evidentes. Es difícil repensar campañas que no estaban dando resultado a un nivel así de profundo, y el debate de redes sociales – ¿acercarse al centro o virar a la izquierda? – tenían poco asidero más allá de intuiciones que recién se había probado que estaban casi totalmente sesgadas.

Esto es importante no sólo para la segunda vuelta — que, viendo frente a quién estamos compitiendo, es una urgencia — sino en un sentido estratégico. ¿Quiénes votaron y quiénes no votaron por Gabriel Boric? ¿Dónde se deberían poner los pocos recursos que quedan para estas semanas? ¿Qué estamos haciendo, en verdad, si pasamos 4 meses hablando solos pensando que le hablábamos a todo el país? En este informe, presentamos una primera aproximación a estas preguntas, que tomamos con un sentido de urgencia relativa. Lo hacemos explorando los factores contextuales a nivel comunal que influyeron la votación de Gabriel Boric en todo el país, concentrándonos en la participación electoral, la caracterización socioeconómica, sociodemográfica y laboral de las comunas.

Desde luego, nuestra aproximación tiene un punto ciego: no podemos hacer afirmaciones respecto a características individuales. No obstante, trabajamos con la mejor información disponible en este lado de la fuerza, y en este caso, en contraste con nuestro informe anterior sobre el votante de Franco Parisi, la urgencia nos obliga a considerar más preguntas y factores en la inmediatez que en una caracterización más estratégica.

2. La prisión dorada de las clases medias urbanas educadas

Existe una idea muy extendida –sobre todo en esta Revista– que el proyecto de Apruebo Dignidad es una apuesta progresista de las amplias clases medias. Los llamados a ‘desñuñoizar’ la campaña responden a una intuición borrosa pero compartida de que un factor limitante del resultado fue una sobredeterminación de aquella por gente demasiado como ‘nosotros’. Este ‘nosotros’, obviamente, refiere a las características de la base social del Frente Amplio (culpables, ambos coautores): miembros de la clase media profesional, geográficamente localizado en grandes centros urbanos (sobre todo la región metropolitana), con ingresos relativamente altos y, sobre todo, una cultura propia altamente aislada del resto del país. Y si bien esto ha traído resultados positivos, sobre todo un crecimiento electoral acelerado hasta ser alrededor de un cuarto del electorado total, parece haber topado con su límite.

Si bien la idea de clase media puede integrar diversas formas concretas de entenderse –algunas más abarcadoras que otras–, en este informe intentaremos evaluar sus aspectos más cuantitativos, ojalá con énfasis en cómo se puede salir de este problema tanto en el corto como en el mediano plazo.

A. Lo obvio: El voto es de las grandes comunas

En nuestro informe anterior descubrimos, con algo de sorpresa, la robusta relación negativa entre el tamaño de las comunas y la votación de Franco Parisi. En el caso del candidato del Partido De la Gente, sus mejores resultados fueron obtenidos en comunas de mucho menor población que la mediana nacional. El caso de Gabriel Boric es totalmente opuesto. Sus resultados están relacionados muy robustamente con el tamaño del padrón de las comunas, independiente de su nivel de participación. Es decir, a lo largo de todo el país — exceptuando algunas comunas donde Boric obtiene sus peores resultados nacionales — mientras más población vive en la comuna, mayor es la votación por el candidato de Apruebo Dignidad. En la Figura 1 se puede observar la relación analizada.

Figura 1. Relación entre votación de Boric y tamaño del padrón (comuna). Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Puntos reflejan valores observados, la línea representa la predicción.

 

Si bien este resultado es consistente con la hipótesis de las clases medias profesionales, su interpretación debe hacerse con cuidado. Este resultado revela un encierro en Santiago más que en las comunas más acomodadas. Las dos comunas con mayor cantidad de votantes en Chile son Puente Alto y Maipú, y en ambas Gabriel Boric obtuvo una votación muy por encima del promedio nacional (36.2% y 36.7%, respectivamente, versus 21% a nivel nacional). Otras comunas de padrones grandes con una votación alta par Boric son Santiago (39.5%), La Florida (36.4%), Valparaíso (35.2%), San Bernardo (30.7%), Ñuñoa (39.4%) y Peñalolén (32.4%). Exceptuando Las Condes (13%), en el resto de las comunas más pobladas Boric obtiene votaciones cercanas al promedio: Viña del Mar (27.9%), Antofagasta (23.1%), Temuco (19.6%), Concepción (24.8%) y Rancagua (27.2%). Algunos casos excepcionales son Punta Arenas (31,1%) o Valdivia (30,1%).

B. La preponderancia de la clase media, educada

Los datos reflejan lo que todo el mundo intuye: somos la clase media educada. Una examinación de los factores socioeconómicos en la votación de Gabriel Boric revela dos resultados relevantes: una robusta relación positiva tanto del promedio de años de escolaridad de la comuna como de su promedio de ingresos.

El primer resultado indica que a medida que aumenta el nivel de escolaridad, aumenta la votación por Boric. Este efecto se observa independientemente del efecto del tamaño del padrón y del nivel de ingresos de la comuna. Por ejemplo, en el El Quisco (10.9 años de escolaridad promedio), Boric obtiene 30.3%, y en Chonchi, con ingresos y tamaños similares pero menos años de escolaridad (9.01 años promedio), Boric obtuvo 23%. Se puede observar lo mismo en comparaciones con años de escolaridad más bajo, como Coltauco (9.2 años promedio, Boric 21.4%) versus Traiguén (8.98 años promedio, 16.1% Boric), o Futrono (8.8 años promedio, 15.4% Boric). En la Región Metropolitana, se puede comparar La Florida (12.1 años promedio, 36.4% Boric) con Quilicura (11.4 años promedio, 32.8% Boric), Buin (11 años promedio, 26.6% Boric) y Melipilla (10.3 años promedio, 25.9% Boric). En la Figura 2 se encuentra la relación observada.

Figura 2. Relación entre votación de Boric y años de escolaridad. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Puntos reflejan valores observados, la línea representa la predicción.

¿Qué ocurre con el nivel de ingresos? En este punto hay que tener precaución a la hora de aproximarse a estos datos. En el informe técnico se encuentra una discusión detallada del tratamiento que recibió esta variable (lineal, cuadrática, deciles). A modo de síntesis, nuestros resultados arrojan que a medida que aumenta el ingreso, aumenta la votación obtenida por Boric. Esto es lo esperable desde la hipótesis de la clase media del votante Boric de Santiago Oriente. Sin embargo, este crecimiento es cada vez menor en los tramos medios-altos (si se quiere, crecimiento marginalmente decreciente). De este modo, se pueden encontrar comunas en la parte alta de la distribución que entregan buenos resultados electorales como Ñuñoa (14.5 años de escolaridad, 1.8 millones ingreso promedio, 39.4% Boric), Providencia (15.3 años de escolaridad, 2.16 millones promedio, 30.2% Boric) o Santiago (13.6 años de escolaridad, 1.1 millones promedio, 39.6% Boric) y otras comunas que arrojan pésimos resultados (como es de esperar), Vitacura (15.2 años de escolaridad, 3.6 millones promedio, 7.3% Boric), Las Condes (15 años de escolaridad, 2.8 millones promedio, 13% Boric) y Lo Barnechea (13.8 años de escolaridad, 3.6 millones promedio, 8.4% Boric).

Detenerse a observar en detalle esta información es relevante para entender la composición del voto. Lo primero que encontramos es que no solo los sectores más altos votan por la apuesta presidencial de Apruebo Dignidad. La Figura 3A nos puede facilitar el análisis. Mientras en los tramos bajos (decil del 1 al 5) se observan promedios de votación hacia el candidato bajo la mediana y muy similares entre sí, desde el rango medio (decil 6 a 9) se observa un alza en la votación por sobre el promedio y distinguibles de los tramos bajos. Sin embargo, en la parte más alta encontramos una disminución considerable del desempeño electoral. Por su parte, la Figura 3(b) muestra esta misma información, pero de manera continua, para hacerse una mejor idea del efecto generalizado que tiene el aumento de ingresos en el voto Boric.

Figura 3A. Relación entre votación de Boric y nivel de ingresos. Ingresos se presentan en la forma de deciles nacionales. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Puntos rojos reflejan valores observados. Los rombos azules muestran el promedio de cada decil. El área que los rodea muestra intervalos de confianza de 95%. La línea amarilla muestra la mediana de la votación Boric a nivel nacional.

Figura 3B. Ingresos representados de manera continua. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Puntos reflejan valores observados, la línea representa la predicción.

Esto no es de extrañar, sobre todo cuando una parte importante de la base política, social y cultural del proyecto de Apruebo Dignidad proviene de las luchas estudiantiles de las últimas dos décadas. Es suficiente con observar la capa de dirigentes que se generó en las universidades más elitizadas –tales como el mismo candidato, Jackson, Vallejo, Cariola, Hassler, por mencionar algunos nombres– y ver que son conducciones políticas que de un lado provienen de sectores de ingresos medios-altos y de otro, fueron vocerías de las demandas por una educación pública, gratuita y de calidad, ampliamente apoyadas por las nuevas capas medias y las ya constituidas.

Para dimensionar esto. El promedio de educación de las comunas analizadas es de 9.96 años de educación (mediana de 9.8) y la mediana de ingresos por hogar es de $542 mil pesos. Boric obtiene sus mejores resultados en comunas como Santiago y Ñuñoa, ambas en el 10% mayor de ingresos, educación y tamaño del padrón, todas variables relacionadas positivamente con la apuesta de Apruebo Dignidad. Sin embargo, su votación sobrepasa estas comunas caricaturescas. También se obtienen muy buenos resultados en comunas menos acomodadas, tales como San Joaquín (11.1 años de escolaridad [decil 9], 557 mil promedio [decil 6], 38.4% Boric), Maipú (12 años de escolaridad [decil 10], 814 mil promedio [decil 9], 36.7% Boric), La Florida (12.1 años de escolaridad [decil 10], 927 mil promedio [decil 10], 36.4% Boric) y Recoleta (11.1 años de escolaridad [decil 8], 705 mil promedio [decil 8], 35.6% Boric). Más aún, también obtiene excelentes resultados en comunas populares o de clase media baja como La Pintana (9.57 años escolaridad [decil 5], 523 mil promedio [decil 5], 29.2% Boric), San Ramón (9.98 años escolaridad [decil 6], 463 mil promedio [decil 3], 31.6% Boric) y Cerro Navia (9.84 años escolaridad [decil 6], 509 mil promedio [decil 5], 31.7% Boric).

Con esto no queremos decir que no haya un problema de sobrerrepresentación de los ingresos altos en los votantes de Gabriel Boric, y mucho menos que estos resultados sean gracias a algún esfuerzo consciente de su candidatura. Por el contrario, queremos apuntar a que el problema no radica exclusivamente en la distribución de ingresos. La combinación parece ser más una de ingresos, densidad de población y, sobre todo, educación. Por ejemplo, La Pintana (caracterizada arriba) y Negrete (8.84 años escolaridad [decil 3], 504 mil promedio [decil 5]) tienen similares características socioeconómicas, pero en la última Gabriel Boric obtiene uno de sus peores resultados, 9.4%. La diferencia parece más radical entre ambas en las variables revisadas hasta ahora es el tamaño del padrón: 9 mil personas en Negrete, 139 mil personas en La Pintana. El muro que encierra el alcance de Apruebo Dignidad no puede reducirse a uno económico, sino también uno cultural, demográfico e incluso geográfico. Chiguayante, Concón y Machalí están en los mismos deciles de educación e ingresos que La Cisterna y tienen un tamaño relativamente similar; sin embargo, Boric obtuvo 23.6%, 20.6% y 25% en las primeros tres respectivamente, y 33.2% en la cuarta.

C. El voto de los Técnicos Superiores bien pagados

Una forma distinta de aproximarse al rol de la educación en la votación de Apruebo Dignidad es a través de los niveles educativos. Los resultados anteriores indican que los lugares con mayores niveles educativos votarían más por Boric. Desde luego, esto se puede asumir como un factor propio de la expansión de la educación superior durante las últimas dos décadas. No obstante, este segmento también presenta distinticiones relevantes de considerar. Por una parte, se encuentra la educación Técnica Superior, que posee distinciones fundamentales con la educación Profesional, principalmente universitaria.

Los resultados señalan que existe una relación significativa positiva entre la votación y el porcentaje de población con Educación Técnica Superior. Es decir, a medida que aumenta la cantidad de personas con este nivel educativo, mayor es la votación de Boric. Esto es interesante por cuanto permite comprender que no sólo se trata de personas exclusivamente universitarias, sino que, el proyecto también logra convocar a las personas que pasaron por la Educación Superior Técnica, a pesar del marcado carácter social universitaro de la apuesta de Apruebo Dignidad.

Sin embargo, la relación con los técnicos de nivel superior está condicionada por el nivel ingresos de la comuna. De este modo, en comunas de ingresos promedios y altos, una mayor población de Técnicos Superiores está asociado a un mayor voto Boric; sin embargo, este efecto se debilita hasta casi desaparecer en comunas de bajos ingresos. Ejemplos de esto pueden encontrarse al comparar tres comunas en el mismo decil de ingresos (7): Constitucion (6% técnicos, 16.8% Boric), El Monte (7.6% técnicos, 27% Boric) y San Bernardo (9.2% técnicos, 30.7% Boric). Este mismo incremento no se observa al comparar tres comunas en el mismo decil bajo de ingresos (3): Romeral (5.6% técnicos, 16.4% Boric), Freirina (6.6% técnicos, 16.1% Boric) y Lota (9.7% técnicos, 18.4% Boric). En la Figura 4 se puede observar esta relación según nivel de ingresos de la comuna. Tan sólo como contraste, este efecto es negativo para José Antonio Kast, sin estar condicionado por el ingreso (ver Figura 5).

Figura 4. Relación entre votación de Boric y proporción de Técnicos Superior según nivel de ingresos de la comuna. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Puntos reflejan valores observados, la línea representa la predicción.

 

Figura 5. Relación entre votación de Kast y proporción de Técnicos Superior. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Puntos reflejan valores observados, la línea representa la predicción.

En cambio, y de manera sorpresiva, cuando se analiza el porcentaje de Profesionales no se encuentra una relación significativa. Si se piensa un poco, existen varios factores que pueden estar afectando esta relación, aquí mencionamos dos –que desde luego pueden ser muy cuestionadas. Primero, una idea más técnica: el efecto de los profesionales se puede mezclar con el de ingresos, en tanto que ambas están altamente correlacionadas de manera positiva. Segundo, una idea más sustantiva: es necesario separar estudiantes universitarios de quienes pasaron por institutos profesionales debido a las diferencias en niveles de politización que se encuentran en cada uno. Desde luego, es solo una especulación.

D. Es una elección ideal de la ciudad

El componente urbano de las clases medias es otro cuyos efectos son difíciles de sobreestimar. La proporción de la población que vive en zonas rurales en cada comuna está fuertemente relacionada de manera negativa con la votación de Gabriel Boric. La votación para Apruebo Dignidad es significativamente mejor en comunas con menor población rural en todo el país, y por sobre el efecto del ingreso promedio y el nivel educacional de la comuna. Más aún, este efecto está condicionado –otra vez– por el tamaño de la comuna: mientras más grande la comuna, más se reduce la proporción de votos de Gabriel Boric al aumentar la ruralidad de la comuna (ver Figura 6A). Un ejemplo de esta relación puede verse comparando dos comunas: Chillán (11.3 años escolaridad, 616 mil pesos, alrededor de 150 mil votantes, 20.6% Boric) y Los Ángeles (10.7 años escolaridad, 690 mil pesos, alrededor de 160 mil votantes, 13.6% Boric). Ambas tienen indicadores relativamente similares, excepto en ruralidad: Chillán tiene 8.4% de población rural, y Los Ángeles tiene 24.7%.

Así entendida, lo que esta interacción afirma es que en comunas más pequeñas el efecto de la ruralidad de la comuna deja de importar tanto. Pero como muestra la Figura 6B, al visualizar la proporción de población rural en quintiles, se puede ver que el problema es que en comunas de menor tamaño, ningún resultado está por sobre la mediana excepto cuando son casi totalmente urbanas. Por ejemplo, dentro de las 10 comunas con menor población de Chile, el mejor resultado de Gabriel Boric se obtiene en una de las dos con menor ruralidad – Cochrane (16.8% ruralidad, alrededor de 3.000 votantes, 25.7% Boric). Otras comunas relativamente pequeñas con baja ruralidad son Corral (33.4% ruralidad, alrededor de 5.000 votantes, 25.5% Boric) o Papudo (7.6% ruralidad, alrededor de 6.000 votantes, 24% Boric).

Como punto de comparación para facilitar la interpretación, el caso de Kast es totalmente opuesto: su voto aumenta con la ruralidad de las comunas, y este efecto aumenta mientras más votantes hay en la comuna. De hecho, la comparación anteriormente descrita se invierte: Kast obtiene un mejor resultado en Los Ángeles (42.2%) que en Chillán (34%). Estos resultados se pueden observar en la Figura 6C.

Figura 6A. Relación entre votación de candidatos y proporción de ruralidad en la comuna
según tamaño de la comuna. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Puntos rojos reflejan valores observados. Los paneles contienen diferentes tamaños del padrón.

Figura 6B. Relación entre votación de candidatos y proporción de ruralidad en la comuna según tamaño de la comuna. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota:  Puntos rojos reflejan valores observados. Los rombos azules muestran el promedio de cada decil. El área que los rodea muestra intervalos de confianza de 95%. La línea amarilla muestra la mediana de la votación Boric a nivel nacional.

Figura 6C. Relación entre votación de candidatos y proporción de ruralidad en la comuna
según tamaño de la comuna. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Puntos rojos reflejan valores observados. Los paneles contienen diferentes tamaños del padrón.

 

E. Clases medias ¿laicas?

Ya hace tiempo que se habla del crecimiento acelerado de las iglesias evangélicas en Chile, pero uno de los atributos más notorios de las clases medias profesionales en todo el mundo es la reducción radical de los compromisos religiosos. Es posible ver eso en la votación de Gabriel Boric: la proporción de evangélicos de cada comuna –una subestimación segura, considerando que los datos públicos más recientes son del censo 2002– está fuertemente relacionada de manera negativa con el voto hacia Apruebo Dignidad. De nuevo sólo como comparación, esta relación es exactamente inversa en el caso de José Antonio Kast, para quien el efecto de la proporción de evangélicos en una comuna es un predictor positivo altamente significativo. En la Figura 7 una síntesis de ambas relaciones.

 

Figura 7A. Relación entre votación de candidatos y proporción de evangélicos. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Puntos rojos reflejan valores observados. Los paneles contienen diferentes tamaños del padrón.

Figura 7B. Relación entre votación de candidatos y proporción de evangélicos. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Puntos rojos reflejan valores observados. Los paneles contienen diferentes tamaños del padrón.

 

3. ¡Trabajo, trabajo, trabajo!

A. El desempleo comunal predice el voto Boric

Las condiciones de trabajo son, sin duda, un aspecto clave de cualquier proyecto de izquierda. Sin embargo, poco se ha señalado respecto a cuál fue el rol de estas en los resultados electorales ¿Qué se puede observar? El primer resultado intersante muestra una relación positiva y significativa con el nivel de desempleo comunal. Es decir, a medida que aumenta el nivel de desempleo en la comuna, mayor es la votación de Boric. Esto da cuenta de que el proyecto de Apruebo Dignidad logra convocar a electores en zonas donde la incerteza respecto al futuro laboral aumenta, apoyando la idea de que es necesario fortalecer este aspecto dentro de las propuestas del sector. La centralidad en la protección del empleo, creación de puestos laborales y un seguro de desempleo robusto son aspectos que deben reivindicarse con mayor notoriedad para afirmar y profundizar la votación del proyecto.

Ahora bien, como ya los hemos señalado más arriba, el rol del tamaño de la comuna resulta ser muy relevante para analizar los resultados electorales en tanto condiciona las relaciones observadas. El desempleo no es la excepción. Como es de esperar, esta relación se hace más significativa a medida que aumenta el tamaño de la comuna. Es decir, en comunas de tamaño pequeño el desempleo tiene un efecto nulo en los niveles de votación, mientras que en comunas de tamaño medio esta relación se hace positiva, intensificando su efecto en las comunas de gran tamaño. En la Figura 8 se puede observar esta relación. Como se nota, en el panel de la izquierda (tamaño pequeño) la pendiente es nula, mientras que en el panel de la derecha (tamaño grande) la pendiente se hace muy positiva.

Figura 8. Relación entre votación de Boric y nivel de desempleo según tamaño de la comuna. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Puntos reflejan valores observados, la línea representa la predicción.

Cuando se buscan ejemplos de comunas con alto desempleo relativo (mediana de 3,8% en la muestra)1 y de tamaño grande destacan inmediatamente lugares donde Boric tuvo buenos resultados en la Región Metropolitana, tales como Macul (8,7% desempleo), La Pintana (8,5% desempleo), San Joaquín (8,4% desempleo), Recoleta (8,2%) o Estación Central (8,1%). Por otra parte, cuando se observan comunas con mismo niveles de desempleo, pero pequeñas, destacan lugares como Ranquil (9% de desempleo y 13% Boric), Chépica (8,7% de desempleo y 18% Boric), Quilaco (8,4% desempleo y 12,8% Boric), Freirina (8,2% desempleo y 16,1% Boric), Tucapel (8,0% desempleo y 14,6% Boric) o Rauco (7,9% desempleo y 14% Boric). Todas estas comunas son del 5% superior de la distribución de desempleo y, desde luego, se controla por otras variables.

B. Donde hay mayor informalidad, hay mayor votación por Apruebo Dignidad

Otro de las relaciones interesantes que aparecen del análisis es el factor que juega el nivel de informalidad laboral en las comunas. Al igual que en desempleo, se encuentra que a medida que aumenta la proporción de personas trabajando que se encuentra en situación de informalidad (es decir, no cotizar ni en salud y/o pensiones), aumenta la votación de la apuesta presidencial de Apruebo Dignidad. En este caso, también se observa que esta relación varía de acuerdo al tamaño de la comuna, encontrando exactamente el mismo patrón que el anterior. En comunas pequeñas y medianas la relación entre informalidad y votación es (casi) nula, mientras que en comunas de tamaño grande esta relación se vuelve muy positiva. En la Figura 9 se pueden comprar los resultados según el tamaño de la comuna. Por cierto, este resultado es independiente de lo encontrado con desempleo, a la vez que la correlación entre ambas variables baja (-0.05).

Figura 9. Relación entre votación de Boric y nivel de informalidad laboral según tamaño de la comuna. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Puntos reflejan valores observados, la línea representa la predicción.

¿Qué ejemplos se pueden encontrar en este caso? Por ejemplo, Pedro Aguirre Cerda, comuna grande y con alta informalidad (20,9%), el candidato obtuvo cerca de 38%, mientras que Pelluhue una comuna con el mismo nivel de informalidad pero pequeña, Boric obtuvo 17,2%. Otra comparación es San Ramón, con un nivel de informalidad de 24,9% y comuna grande, la candidatura presidencial de Apruebo Dignidad obtuvo 31,6%, mientras que Cholchol, con 25,4% de informalidad pero comuna pequeña, Boric consigue tan solo 15,2% del total de votos de dicha comuna.

4. ¡Es la revuelta, estúpido!

A. Los nuevos votantes de la elección 2021 votaron por Kast

Un punto fundamental –y que esperamos desarrollar para la tercera y última parte de este análisis– es que los cambios en los niveles de participación cambiaron radicalmente cuando se compara esta elección con el plebiscito y, el plebiscito con la primera vuelta del 2017. En términos sencillos aquellas comunas que vieron aumentada su participación electoral en el plebiscito, disminuyen en esta elección. En cambio, aquellas comunas en que disminuyó la participación en el plebiscito vieron aumentada su participación en esta elección. A fin de cuentas, lo que se observa es una regresión a los niveles de participación comunal que se generaban en los ciclos electorales pre revuelta de Octubre.

La Figura 10 muestra dicha relación. Una correlación negativa muy alta (casi de manual). En el cuadrante superior de la izquierda se encuentran las comunas que disminuyeron en el plebiscito respecto al 2017 y que aumentan su participación en esta elección respecto al plebiscito. En el cuadrante inferior de la derecha se encuentran aquellas comunas que aumentaron su participación en el plebiscito respecto a 2017 pero disminuyeron su participación en esta elección respecto al plebiscito.

Figura 10. Cambios en la participación electoral por comuna. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Puntos reflejan valores observados, la línea representa una correlación negativa perfecta.

¿Qué ocurre cuando se relaciona la votación de Apruebo Dignidad con la diferencia de participación entre la elección actual y la del plebiscito? El resultado es negativo y altamente significativo. Es decir, en las comunas que disminuyeron su participación los resultados fueron mejor para Apruebo Dignidad, mientras que en las comunas donde aumentó la participación los resultados fueron peores.

Por ejemplo, en las comunas de la capital como San Ramón, Lo Espejo, La Pintana, Cerro Navia, Lo Prado, Renca, Pudahuel, Quilicura, La Granja, Pedro Aguirre Cerda y Puente Alto, la disminución en la participación fue de entre en 10,5% a un 13,5% (en orden descendente) y en todas ellas Boric obtuvo votaciones entre un 29,2% (La Pintana) y 40% (Pedro Aguirre Cerda). Este fenómeno también se observa en otras comunas fuera de la Región Metropolitana. Por ejemplo en Cabildo, Llaillay, San Antonio, Petorca, Valparaíso, Los Vilos, Putaendo, la participación disminuyó entre 6% y 7,1% y Boric alcanzó votaciones de 29,9%, 28,3%, 30,8%, 28,7%, 35,3%, 27% y 28%, respectivamente.

El efecto completamente contrario se observa en Kast. En las comunas donde disminuyó la participación respecto al plebiscito obtiene peores resultados, mientras que en las comunas donde aumentó la participación obtiene altísimos porcentajes. Por ejemplo, en comunas donde hubo un aumento de entre un 10,2% y 13,0% tales como Contulmo, Portezuelo, Coihueco, Retiro, Camiña, Pelluhue, Lumaco o Putre (en orden ascendente), el candidato Republicano alcanzó votaciones de 57,4%, 40,1%, 41%, 44,2%, 45,1%, 58,9% y 33,8% respectivamente.

En la Figura 11 se puede observar la relación entre la votación de Boric con la diferencia en la participación electoral respecto al plebiscito y, lo mismo, para Kast. Cabe resaltar que la relación con la diferencia entre el plebiscito y la primera vuelta de 2017 es justamente la opuesta, de manera que en las comunas donde más aumentó la participación electoral en el plebiscito, mejor fue el resultado de Apruebo Dignidad y viceversa.

Figura 11. Relación entre votación de Boric y Kast con la participación electoral (2021-plebiscito) por comuna. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Puntos reflejan valores observados, la línea representa una correlación negativa perfecta.

B. En el mundo paralelo del plebiscito 2020, Boric hubiera mejorado considerablemente sus resultados

Hagamos un ejercicio contrafáctico. Imaginemos que, en vez de la participación por comuna que observamos el 2017, observamos exactamente el mismo nivel de participación por comuna que obtuvo el plebiscito. Asumamos también que eso no cambiaría el porcentaje de votos que tiene cada candidato. Obviamente, este segundo supuesto no es tal, y uno esperaría – ojalá – que una participación más parecida a la del plebiscito sumaría más votos por Apruebo Dignidad que por cualquier otra apuesta. Pero imaginemos.

De ser así, la votación de Gabriel Boric aumentaría de 1.802.000 en las comunas incluidas en el informe a 1.961.000 votos, mientras que José Antonio Kast pasaría de 1.961.000 votos a 2.037.000 votos. Es decir, mientras que una participación parecida a la del plebiscito beneficia a Apruebo Dignidad con más de 150 mil votos, añade apenas poco más de 40 mil a Kast. En términos porcentuales, Boric pasa de 26.05% a 26.71%, mientras que Kast disminuye de 28.36% a 27.62%: una ventaja de más de 2 puntos porcentuales se reduce a menos de 1 sólo cambiando un poco el peso relativo de cada comuna al calcular el porcentaje nacional a un escenario ocurrido hace 1 año.

Imaginemos una segunda parte de este escenario: en vez de mantenerse los porcentajes obtenidos en cada comuna por cada candidato, añadimos una pequeñísima diferencia: en las comunas donde Apruebo tiene más votos que Rechazo, la votación de Gabriel Boric sube 1% y la de Kast baja 1%, mientras que en las comunas donde Rechazo tiene más votos que Apruebo, la votación de Gabriel Boric baja 1% y y la de Kast sube 1%. Esta razonable modificación introduce una diferencia radical: en un escenario así, Boric obtiene 2.039.000 votos – 27.64% – contra 1.967.000 – 26.68% — de Kast. Es decir, una pequeña modificación de los patrones de votación para parecerse sólo un poco más a los del plebiscito benefician a la apuesta presidencial muy por sobre sus contrincantes.

Otro ejercicio introductorio al argumento de esta sección es pensar en una distribución de la diferencia de votantes entre el plebiscito y la primera vuelta siguiendo la distribución de votos del plebiscito de esa comuna. Imaginemos que al aumentar o disminuir la participación, los votantes se distribuyen entre Boric y Kast siguiendo la votación del Apruebo y Rechazo respectivamente. Para ejemplificar el ejercicio, imagínense esta comuna hipotética: Boric obtuvo 100 votos y Kast 120 votos en la primera vuelta, el Apruebo obtuvo un 80% de los votos y en el plebiscito participaron 10 personas más que en la primera vuelta. En este caso el cálculo atribuiría a Boric 8 de las 10 personas que votarían esta vez (un 80%), y 2 a Kast, tal que el resultado “simulado” sería de 108 votos para Boric y 122 para Kast. Igualmente, si la participación disminuye 10 votos en vez de aumentar, la votación sería de 92 votos Boric (100 + (.8 * -10)) y 118 votos Kast. Siguiendo este pequeño modelo, la votación final para Apruebo Dignidad pasaría de 1.802.000 a 2.223.000, y la de los Republicanos de 1.961.00 a 2.060.000.

Figura 12. Resultado de simulaciones de resultados usando diferentes supuestos sobre la distribución de los votos del plebiscito. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: La altura de la barra representa la cantidad de votos de cada candidato en los escenarios apuntados en el eje x. De izquierda a derecha: resultados de la elección real; resultados asumiendo participación de cada comuna idéntica al plebiscito; resultados asumiendo que Boric sube 1% su proporción y Kast baja 1% su proporción en comunas donde gana el Apruebo, y viceversa para comunas donde gana el Rechazo, asumiendo niveles de participación idénticos al plebiscito; resultados asumiendo que el cambio de votantes (tanto añadidos como quitados) de la elección al plebiscito se hace siguiendo las proporciones de Apruebo/Rechazo de cada comuna.

Estos 3 ejercicios se ven ilustrados en las Figura 12, de izquierda a derecha en orden de presentación después de las barras de la elección real. Con esto no queremos hacer ningún argumento demasiado sustantivo – no estamos de ninguna forma asegurando que esto es lo que hubiera pasado, efectivamente, de haber concurrido un electorado más parecido al del plebiscito. En cambio, queremos mostrar que cambios en esa dirección acompañados de diferentes supuestos relativamente razonables beneficiarían de forma desproporcionada a Apruebo Dignidad, especialmente pensando en una posible segunda vuelta. En otras palabras menos cuidadosas, queremos reforzar que una posible razón por la que no se obtuvieron los resultados esperados es que el electorado de la elección real 2021 no se parece al del plebiscito.

C. La elección 2021 es un eco del Chile pre-revuelta

Las toscas simulaciones anteriores tienen un asidero en la realidad, como se mostró en el punto A de esta sección, especialmente considerando la relación entre la votación de cada candidato y la introducción de nuevos votantes. Pero esto es aún más evidente si vemos los patrones por comuna de participación en las últimas elecciones presidenciales y el plebiscito. (Esperamos que la tercera parte de este informe se concentre en explicar estos patrones).

Figura 13. Distribución de la participación comunal en las últimas tres primeras vueltas presidenciales y el plebiscito. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Los violines representan la distribución de valores en esa elección. Los boxplots interiores muestra la mediana y los cuartiles 25% y 75%.

Como muestra la Figura 13, si bien no hay mayores diferencias en la tendencia central de las últimas tres primeras vueltas presidenciales y el plebiscito, sí existe una marcada diferencia en la distribución de de participación, tal que la tendencia central similar se obtiene porque muchas comunas bajan y muchas otras suben en su participación. Basta con comparar los boxplot del plebiscito y de la elección 2021 para observar el patrón anómalo que el primero representa respecto a las otras elecciones. Comparaciones entre las diferentes elecciones a este nivel muestra que, a nivel nacional, la participación disminuye significativamente al comparar el 2021 con el plebiscito, pero no aumenta al comparar el plebiscito con el 2017.

Figura 14. Participación por comuna en las últimas tres primeras vueltas presidenciales y el plebiscito constitucional según candidato presidencial. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Cada elección es mostrada por un violín diferente. Dentro del violín, el boxplot muestra la mediana y los límites de los cuartiles .25 y .75 de la distribución. Las líneas unen los valores de cada comuna. El panel de la izquierda muestra las comunas en las que Boric obtuvo una votación mayor que Kast, y el panel de la derecha muestra las comunas donde Kast obtuvo mayor votación que Boric.

La historia es muy diferente cuando se añaden diferentes comportamientos políticos. Por ejemplo, la Figura 14 muestra una forma de clasificar las comunas: en el panel izquierdo están las comunas donde Boric obtuvo una mejor votación que Kast, y en el panel derecha aquellas donde Kast obtuvo una mejor votación que Boric. Al dividirlas así, todos los contrastes consecutivos son significativos. En las comunas donde Boric obtiene una mejor votación, el plebiscito aumenta significativamente respecto al 2017, y el 2021 disminuye significativamente en comparación con el 2017. En cambio, en las comunas donde Kast obtiene una votación mayor, este patrón se revierte: el plebiscito tiene menor participación que el 2017, y el 2021 aumenta significativamente respecto al plebiscito.

Figura 15. Participación por comuna en las últimas tres primeras vueltas presidenciales y el plebiscito constitucional según tercil voto apruebo. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Cada elección es mostrada por un violín diferente. Dentro del violín, el boxplot muestra la mediana y los límites de los cuartiles .25 y .75 de la distribución. Las líneas unen los valores de cada comuna. Las comunas fueron divididas en 3 grupos según la proporción de votos obtenida por el apruebo en el plebiscito, en orden ascendiente.

Una perspectiva complementaria a esta información puede verse en la Figura 15. En este caso, se dividieron las comunas en tres grupos dependiendo de su votación por el apruebo, numeradas de 1 a 3 en orden ascendiente. Es decir, en 1 se votó menos que en 2 y 3, y así sucesivamente. Dentro de cada uno de estos grupos, se comparó la participación de las elecciones consecutivas. En el grupo de más baja votación apruebo, el plebiscito tiene una disminución significativa respecto al 2017 y el 2021 un aumento significativo respecto al plebiscito. Ninguna de estas comparaciones es significativa en el grupo 2. En cambio, en el grupo 3, el plebiscito tiene una participación significativamente más alta que el 2017 y el 2021.

Figura 16. Promedio de participación comunal de las primeras vueltas 2013 y 2017, y participación reciente. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de SERVEL, INE y CASEN. Nota: Cada comuna es mostrada como un punto. El eje x muestra el promedio de participación entre el 2013 y el 2017, y el eje y muestra la participación en la elección presidencial 2021 (izquierda) y el plebiscito constitucional (derecha).

Este es el patrón al que nos referimos como un eco al electorado pre-revuelta. Para operacionalizar este concepto, puede verse en la Figura 16 una comparación entre un “promedio” pre-revuelta, el promedio de participación para cada comuna entre las primeras vueltas del 2013 y el 2017, y la participación en las elecciones presidenciales y el plebiscito. Como puede apreciarse, este promedio está mucho más cercano a la participación 2021 que a la participación del plebiscito. Medido en términos absolutos, la suma de la diferencia entre el promedio 2013-2017 y la elección 2021 es 13.2, es decir, hay en total una diferencia de sólo 13.2 puntos porcentuales entre este promedio y la elección 2021. En contraste, esta diferencia en el caso del plebiscito es de 22.7. Al aplicar un test estadístico, el resultado es que la diferencia es significativamente mayor para el plebiscito que para la elección de 2021.

En general, las comunas que se alejan del promedio 2013/2017 en la elección 2021 lo hacen porque tuvieron una participación mucho menor a la esperada anteriormente. Por ejemplo, en Chanco (13.03% Boric, 48.5% Kast, 6.6% Parisi) el promedio de participación es 52.7%, pero sólo participó un 37.4% del padrón el 2021 (15.3% de diferencia). Otras comunas con alta disminución respecto al promedio y resultados electorales negativos para Boric son Trehuaco, Ninhue, Hualañé, Empedrado, Negrete, Colbún y Longaví. En cambio, las comunas en que la participación del 2021 sube respecto al promedio tienen un error mucho más pequeño, el mayor de ellos en Camarones donde el promedio es 24.1% y la participación fue 30.9% (10.6% Boric, 24.02% Kast, 35.7% Parisi), un 6.8% de diferencia. Otras comunas así son Zapallar (19.7% Boric, 33.8% Kast, 7.9% Parisi), Putre (9.2% Boric, 33.8% Kast, 33.2% Parisi) y Puchuncaví (26.4% Boric, 21.9% Kast, 15.5% Parisi). Las comunas donde Boric obtuvo sus mejores resultados a nivel nacional (Santiago, Ñuñoa, San Joaquín, Pedro Aguirre Cerda, San Miguel, Maipú) tienen una participación muy cercana el 2021 al promedio 2013/2017.

La historia es muy distinta en el caso de la diferencia entre el promedio y el plebiscito. Comunas donde la participación del plebiscito estuvo muy por debajo del promedio fueron las anteriormente mencionadas Chanco (21.8%), Trehuaco (18.5%), Ninhue (18.4%), Longaví (17.9%) y Empedrado (17.7%), entre otras como Retiro (20.5%), Los Sauces (18.2%), El Carmen (18.02%), Galvarino (17.9%) y Curaco de Vélez (16.9%). En todas estas comunas, excepto Chonchi, José Antonio Kast fue la primera mayoría, y Gabriel Boric obtuvo entre 23% en Chonchi a 9.8% en Empedrado. Para todas ellas, la diferencia del promedio con el plebiscito es mucho mayor que la diferencia con el 2021, lo que sugiere que gente que votaba antes, y no votó en el plebiscito, volvió a votar para la presidencial de 2021. En el otro extremo de la distribución, es decir, comunas donde la participación del plebiscito subió en comparación con el promedio, encontramos comunas como Puente Alto (14.9%), La Pintana (14.6%), Quilicura (13.07%), Pudahuel (12.4%), Renca (11.6%), Maipú (11.4%), Lo Espejo (11.1%), Huechuraba (10.7%), La Granja (10.5%) y Recoleta (10.2%). En estas comunas, participó mucha más gente en el plebiscito respecto al promedio que en la elección de 2021; en otras palabras, gente que no votaba antes, y participó del plebiscito, no volvió a votar en la presidencial 2021. La mayor de estas diferencias es en La Pintana, donde el promedio es de 37.9%, la elección 2021 tuvo 39.4% participación, y el plebiscito tuvo un apabullante 52% de participación. En todas estas comunas, sin excepción, Gabriel Boric fue la primera mayoría.

Vale mencionar también que la diferencia en términos de número de votos perdidos entre comunas que subieron con relación al plebiscito o al promedio, y aquellas que bajaron, es abismante. Por ejemplo, en Chanco, alrededor de 790 personas votaron en la presidencial de 2021 que no votaron en el plebiscito. Para Trehuaco, Ninhue, Longaví y Empedrado este número es alrededor de 590, 550, 2.300 y 340 respectivamente. En cambio, la cantidad de votos perdidos el 2021 en relación al plebiscito está concentrada porcentualmente en comunas muy populosas. En Puente Alto, esta diferencia es de 40.500 votos menos. Para las otras comunas son: 18.200 en La Pintana, 15.600 en Quilicura, 18.200 en Pudahuel, 14.300 en Renca, 35.300 en Maipú, 12.400 en Lo Espejo, 5.400 en Huechuraba, 11.800 en La Granja, y 15.300 en Recoleta, un total de 187.400 votos sólo en 10 comunas. Como punto de comparación, el total de votos de más en comparación con el plebiscito en las 177 comunas donde la participación aumentó es de menos de 160 mil. Específicamente, los votos en exceso en estas 177 comunas suman 157 mil. Y ese es justamente el número de votos que Kast obtuvo por sobre Boric: 157.611.

5. Conclusión: Pueblo o nada

La caricatura más sencilla de hacer de lo ocurrido con la campaña de Apruebo Dignidad es ilustrada por la controvertida ilustración de campaña donde Gabriel Boric y otros personajes están bailando frente a La Moneda. Es fácil decir que la elección se perdió por el encierro en las clases medias altas educadas de las cuales Ñuñoa es el prototipo. Desde los árboles del Distrito 10, acusan algunos, es difícil ver la realidad, lo que limitó el alcance del mensaje a los sectores acomodados. Esta acusación no es del todo falsa, pero tampoco es del todo verdadera. El escenario es más complejo – y, al menos en el plano estratégico, más esperanzador – del que el rápido nihilismo de esas mismas capas medias se atreve a aceptar.

Y es que quienes acusan a Apruebo Dignidad de estar demasiado arriba del árbol están también en un árbol desde el cual nada se escucha ni se ve. En la realidad de los resultados electorales, hay una verdad difícil de ignorar: el que Apruebo Dignidad esté hoy en la segunda vuelta se debe en gran parte al apoyo aplastante de su proyecto por sobre otros en todos los niveles de las capas medias y en las capas populares de la Región Metropolitana. Sin el apoyo de este pueblo, obtenido a pesar del evidente ñuñoísmo de la campaña, Gabriel Boric no estaría en la segunda vuelta. Las capas medias chilenas son numerosas y electoralmente activas, pero no bastan para ganar una elección. Es por eso que nos referimos a ellas anteriormente como una jaula dorada. Pero esa jaula aún no está cerrada, y a pesar de nuestra resignación generalizada, las clases populares de la Capital aún se rehúsan a dejarnos caer. En otras regiones, aunque esta vez decidieron apoyar a otro candidato, aún no han caído en las garras de la derecha. El desafío, tanto para lo que queda de segunda vuelta como para los próximos años, es estar a la altura de esta intuición política que sistemáticamente nos negamos a reconocer.

Inmediatamente después de la primera vuelta, esta revista publicó una editorial sobre la segunda vuelta. El análisis cuantitativo de los resultados de Gabriel Boric apoyan la hipótesis presentada en ese texto. Lejos de los guiños a la ex-Concertación, o alguna especie de viraje al centro político deslavado, el mayor potencial electoral –y, por ende, allí donde más duramente fracasamos en la primera vuelta– está en recuperar la fuerza política y electoral de la revuelta que se expresó en el plebiscito. Son cientos de miles – más precisamente, algo así como 620 mil– las personas que votaron en el plebiscito y no votaron en la elección presidencial. Nuestro error fue permitir que el momento político creado por la revuelta pasara por el lado de gran parte de quienes quisieron ser parte de los cambios traídos por ella, acompañado de un encierro cultural extremo que nos impidió ver lo limitado de nuestra base electoral actual y la lealtad que, a pesar de nosotros mismos, las clases populares siguen teniendo con los proyectos de cambio.

Reactivar el electorado de la revuelta y reventar la burbuja de la clase media profesional (y, de pasada, romper el cerco del metropolitanismo) es la mejor – a estas alturas, quizá la única – propuesta política capaz de derrotar a la extrema derecha y al mismo tiempo dotarnos de un proyecto histórico que evite que caigamos en situaciones como ésta cada cierta cantidad de años. En esta semana de campaña, la mejor forma de gastar las energías es consiguiendo que las personas que participaron en el plebiscito – 40.000 en Puente Alto, 20.200 en Antofagasta, 9.500 en Coquimbo y 8.500 en La Serena, 17.500 en Valparaíso, 11.100 en Rancagua, 5.000 tanto en Talca como en Concepción, entre 2.000 y 4.000 en Quillota, Calera, Melipilla, San Fernando, Coronel, Talcahuano, Curicó y Copiapó – vuelvan a creer en los cambios que son posibles con movilización social, una nueva constitución y la izquierda en la presidencia. Al igual que en los 80, en las movilizaciones estudiantiles o en la revuelta: Pueblo o nada.

Notas

1 Es importante señalar que este indicador es una aproximación deficiente a la medición del desempleo. Primero, se obtiene de la Encuesta Nacional de Empleo del INE, la que no tiene representatividad comunal. Tampoco tiene un factor de expansión comunal, como sí lo tiene, por ejemplo, la Encuesta CASEN de donde obtuvimos los niveles de ingreso. Considerando lo anterior, se estima el desempleo comunal usando el factor de expansión de calibración trimestral en los trimestres de Mayo-Abril-Mayo, Abril-Mayo-Junio, Mayo-Junio-Julio, Junio-Julio-Agosto, Julio-Agosto-Septiembre de 2020. Tras ello, se procede a sacar un promedio por comuna.

Matías Gómez Contreras
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Sociólogo y Magíster en Sociología por la Universidad Católica de Chile.

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Licenciado y magíster en filosofía por la Universidad de Chile y candidato a doctor en psicología cognitiva por Cornell University. Integrante del Comité Editorial de Revista ROSA.