“La OLP debe ser reconstruida sobre bases democráticas incluyendo a todas las fuerzas palestinas”. Entrevista a Haitham Abdo, dirigente palestino

El llamado “Pacto del siglo” propuesto por la administración de Donald Trump como una supuesta base para la paz definitiva en Palestina ha sido completamente rechazada por las organizaciones políticas palestinas, en un contexto marcado por el proyecto israelí de anexar el Valle del Jordán en Cisjordania, por el aumento de las sanciones estadounidenses a Siria e Irán, y la creciente crisis en el Líbano. En esta entrevista, realizada poco antes del desastre en el puerto de Beirut, el miembro del Comité Central del Frente Popular para la Liberación de Palestina, Haitham Abdo, comenta la respuesta palestina a la propuesta de Washington, las crecientes tensiones en Medio Oriente, y el papel que la izquierda puede cumplir.

por Felipe Ramírez

Imagen / Bandera en Rafah, Palestina. Fuente: Flickr.


La terrible explosión en el puerto de Beirut el 4 de agosto marcó un punto de inflexión no sólo en el Líbano, sino también en la región, donde una serie de tensiones se vienen acumulando desde hace meses, desde Jerusalén a Damasco, y desde Beirut a Teherán, pasando por Bagdad.

A las sanciones decretadas por Donald Trump contra diversos países del Medio Oriente, se suman su propuesta de paz para palestinos e israelíes, la intención del gobierno derechista de Netanyahu de anexar el Valle del Jordán, y las tensiones políticas internas de cada país, azotados por estallidos sociales o conflictos armados desde hace años. En ese contexto, uno de los actores relevantes por su historia y su mirada amplia de los procesos regionales es la resistencia palestina, desplegada tanto en los territorios ocupados como en los países árabes donde viven desde 1948 millones de refugiados, y para la izquierda el Frente Popular para la Liberación de Palestina ocupa un lugar especialmente destacado.

Con el objetivo de analizar la situación creada por el aumento de la presión de EE.UU. a los gobiernos locales, el dirigente del FPLP Haitham Abdo analizó desde el Líbano en esta entrevista -realizada pocos días antes del desastre de Beirut- la situación palestina y regional.

 

¿Tiene la Autoridad Nacional Palestina la fuerza para detener la anexión planteada por Israel?

Desafortunadamente los Acuerdos de Oslo hicieron que la OLP y el pueblo palestino perdieran mucho poder, y la ANP al nacer como resultado de ese acuerdo perdió todos los elementos de poder propio, quedando limitada a realizar una función básica de domesticación dócil a nivel político, económico y social, y como una herramienta de represión a nivel de seguridad: es decir frenar los intentos de ataca los asentamientos que se multiplicaron luego de Oslo. La anexión es también consecuencia de los Acuerdos de Oslo, y de hecho no sería posible sin estos 25 años de implementación.

 

¿Cuál es la relación entre la anexión y la política de apartheid político del Estado de Israel?

Son parte de una estrategia hostil que busca liquidar la causa nacional palestina y que se expresa hoy en el llamado “Acuerdo del Siglo”, que consiste en una serie de niveles que afectan a diferentes partes de ella. La anexión busca eliminar la base geográfica del deseado Estado palestino, el que perdería su componente más importante: la tierra. Los palestinos tendrían entonces un grupo separado de cantones y guetos.

Respecto a la política del apartheid, apunta mayoritariamente a los palestinos del 48, consolidando su situación de ciudadanos de tercer o cuarto grado, sin futuro en esta tierra donde la “Ley de la Nación” limita el derecho a la autodeterminación en la Palestina histórica al pueblo judío. Esta ley busca la transferencia de los palestinos del 48 y la destrucción de cualquier proyecto de un Estado palestino en cualquier forma o contenido en el futuro.

Finalmente, en lo que concierne a los refugiados, hay un incesante esfuerzo por parte de las administraciones estadounidense e israelí para secar los recursos de la UNRWA dedicados a aliviar su situación y entregarles empleos hasta que puedan retornar a sus hogares de acuerdo con las resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidos.

 

¿Cómo cree el FPLP que es posible detener este proyecto?

Confrontar esta estrategia hostil requiere una estrategia palestina integral, en la que todos los medios están integrados y todo el pueblo palestino participa, desde todas partes: dentro y afuera de Palestina, empleando toda la energía potencial de nuestro pueblo.

Necesitamos restaurar la confianza y la autoridad política del pueblo palestino, que radica en la Organización para la Liberación de Palestina, que necesita ser reconstruida sobre nuevas bases democráticas incluyendo todas las fuerzas palestinas y representando a todos los palestinos, retomando su papel como movimiento nacional de liberación.

 

¿Cómo evalúan el rol que han cumplido las fuerzas políticas agrupadas en la “Lista Conjunta” dentro de Israel?

El problema es que están limitados por las reglas del juego establecidas por los sionistas, que busca impulsar la anexión definitiva de los territorios palestinos a partir de la negación al derecho al retorno de los refugiados, y de la posibilidad de establecer un Estado palestino entre el río Jordán y el Mar Mediterráneo. Con la Ley del Estado Nación los transforman en residentes sin derechos en su propia tierra

 

¿Esto significa el final de los Acuerdos de Oslo?

En realidad, el contenido de los acuerdos se perdió hace mucho tiempo debido a las acciones israelíes. El problema es que a la parte palestina se le obliga a cumplir con sus obligaciones, pero no sucede lo mismo con Israel, quien utilizó a Oslo para destruir todos los componentes de poder palestino en preparación para un nuevo acuerdo en línea con la propuesta de Trump.

 

¿Cuál es entonces la alternativa hacia el futuro?

Hoy en día no hay muchas opciones para los palestinos. Confrontar el “Acuerdo del siglo” requiere alcanzar la unidad nacional en el contexto de una OLP que recupere su papel liberando las energías del pueblo palestino e impulsando una resistencia integral.

 

¿Cuál es la visión del FPLP sobre la situación que se vive en el Líbano?

Hay una peculiaridad en lo que pasa en el país, partiendo por la naturaleza sectaria del sistema político, que genera crisis sucesivas, pero no podemos limitar el análisis del Líbano a las condiciones internas, porque el sistema político es de una naturaleza funcional y no puede ser aislada de lo que sucede en el ambiente internacional. De hecho, las fronteras de el Líbano con Palestina y la presencia de la resistencia y el aumento de su fuerza aumentan esta conjunción entre factores internos y externos.

Por ejemplo, no es posible separar el “Acuerdo del siglo” de la llamada “Ley César” [que impone sanciones a las empresas que pudieran participar de la reconstrucción de Siria tras la guerra civil], de las sanciones a Irán, y de la presión a la que es sometido Líbano por las armas de la resistencia.

Internamente la crisis es inseparable de la corrupción estructural que compone el sistema económico rentista que destruyó las bases productivas de la economía libanesa, constituyéndose una economía de servicios dependiente de la deuda externa de acuerdo con una visión sobre el papel del Líbano en la región establecida al final de la guerra civil en 1990, paralela al lanzamiento de las negociaciones de paz en Madrid.

 

Algunas voces hablan de la posibilidad de que el conflicto escale a una nueva guerra civil ¿creen que pueda evolucionar de esa manera?

 No hay condiciones ni tampoco los factores para una guerra civil en el sentido tradicional, lo que no impide la existencia de una presión por parte de EE.UU. para crear una situación caótica que aumente la presión sobre la resistencia. Hay claros intentos por crear conflictos regionales y sectarios, y el empeoramiento de la situación económica es un precursor al caos de seguridad, bajo el argumento de que las armas de la resistencia serían la “causa” del hambre del pueblo, buscando un intercambio entre esas armas y la prosperidad económica.

 

¿Cuál es la posición de los diferentes partidos libaneses ante la crisis? El Partido Comunista, el PSP de Jumblatt, de Hezbolá.

El PSP ha sido parte de la dinámica de gobierno desde 1990 y ha sido socio de Rafik Hariri en toda la última etapa por lo que se ha hecho parte del sistema político sectario, y es un partido integrante de la Alianza del 14 de marzo que se instala en contraposición a la resistencia considerándola una carga para el país, siendo por lo tanto parte del proyecto de EE.UU. para la región.

El Partido Comunista, por su parte, nunca ha sido parte de esta dinámica de gobernabilidad y está en contraposición absoluta al sistema sectario. No ha sido contaminado por la corrupción de las autoridades y se instala contra el proyecto imperialista, y a pesar de sus reservas con respecto a Hezbolá, se encuentran en el contexto de la resistencia.

Este último partido, por su parte, se ha transformado en un importante poder regional, y es el principal blanco del bloqueo financiero y económico que sufre el Líbano, debido a su sostenido aumento en sus capacidades operativas, lo que lo ha convertido en una amenaza estratégica a la “entidad sionista”. Tiene complicaciones relacionadas con la formulación de un abordaje interno que brinde cobertura a la resistencia y su rol, al ser por un lado parte de la estructura interna del sistema político, y por el otro parte del “Eje de la resistencia” a nivel regional que se extiende a Irán, Siria, Yemen, Irak, Líbano y Palestina.

EE.UU. ha aumentado su presión sobre Siria con la “Ley César” ¿creen que es posible que el pueblo sirio logre resistir este nuevo escenario?

Lo que no han logrado con la guerra no será alcanzado con un bloqueo económico. Siria es parte de un eje mayor, como mencionamos, y cuenta con aliados que no permitirán que su economía desaparezca tal como no permitieron que cayera debido a la guerra.

 

Finalmente ¿es posible pensar una articulación de una alternativa de izquierda a nivel regional para el pueblo árabe?

Una alternativa de izquierda es una necesidad objetiva para alcanzar las metas de la liberación nacional y de clase, y estos objetivos no afectan sólo el progreso, bienestar, estabilidad y seguridad de nuestro pueblo, sino que hoy son de una naturaleza existencial. Los riesgos actuales apuntan a la idea de un proyecto civilizado que alcanza las aspiraciones y esperanzas del pueblo árabe, y si la izquierda es incapaz de desarrollar un papel que le permita abordar estas tareas, priva al pueblo árabe de una oportunidad histórica de progreso, progreso y prosperidad.

Desafortunadamente, la izquierda enfrenta una complicada situación, ya que ha perdido sus características progresistas y revolucionarias, y ha asumido una condición similar a los regímenes árabes oficiales, que carecen de democracia y estado de derecho y perpetúan la tiranía y el gobierno individual.

Para que la izquierda pueda cumplir su misión a nivel de los desafíos ligados a las luchas nacionales y de clase, debe partir renovándose a si misma: sus ideas, herramientas y políticas, y esta es una importante tarea que lamentablemente ha sido eludida.

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Activista sindical, militante de Convergencia Social, e integrante del Comité Editorial de Revista ROSA. Periodista especialista en temas internacionales, y miembro del Grupo de Estudio sobre Seguridad, Defensa y RR.II. (GESDRI).