Desde lo alto de la copa de un árbol, como hace treinta años

Las raíces llevan años siendo escuchadas desde las alturas, esto no es nuevo, y el dieciocho de octubre, esas raíces hicieron tambalear las copas de los árboles, no sólo para ser escuchadas, sino para terminar con los abusos de un tutelaje que jamás los tomó en serio. Aquel tutelaje que provino desde las buenas intenciones – desde las copas de los árboles siguiendo nuestra metáfora – y que por décadas – sujetadas en una habitus de élite – no dejó a los muchos hacer política, o sea, tomar decisiones sobre sus propias vidas.

por Bernardo Jorquera

Imagen / Árboles cerca de la cascada Trufultruful, Conguillío. Fotografía de Luis Bartolomé Marcos.


“¿Habrá algo más democrático que escuchar la pluralidad de los pueblos desde un árbol que mira al norte y echa raíces en la tierra?” (Leighton 2021).[1]

Con esta pregunta termina su columna Tomás Leighton, uno de los dirigentes jóvenes y emergentes del Frente Amplio, en su análisis y valoración del triunfo de Gabriel Boric en las recientes elecciones primarias. Así, este parte desde una concepción práctica muy concreta; escuchar, y desde lo alto. Una premisa cargada de buenas intenciones, sin embargo, buenas intenciones que vienen desde las altas y frondosas copas de un árbol llamado elite política, y que venimos escuchando hace – por lo menos – treinta años.

Por años, muchas y muchos dirigentes de la izquierda fueron cargados de buenas intenciones a los campamentos, poblaciones y villas a escuchar y apoyar de cierta forma a las clases populares que se organizaban para construir su dignidad desde lo profundo. Con el paso del tiempo, esos dirigentes fueron llegando al Estado y a cargos en donde comenzaron a tomar decisiones importantes, las cuales, paradójicamente, no venían emanadas precisamente desde esa organización y construcción de dignidad popular, es decir, desde las raíces donde aquellos jóvenes dirigentes de la izquierda se nutrieron. De este modo, desde lo alto de las oficinas estatales, centros de investigación y por qué no, desde los cafés y bares de la zona nor-oriente de Santiago en donde estos dirigentes de la izquierda se reunían a debatir, ya no se escuchaba. Difícil resulta escuchar desde la cima de los árboles, o más bien, difícil resulta ser escuchados desde los cimientos de aquellos árboles – desde las raíces – pues, entre la base y la copa, existen robustos impedimentos, como el capital cultural, el capital social y la tecnocracia, o, en otras palabras, apellidos que suelen repetirse a lo largo de nuestra historia.

Las raíces llevan años siendo escuchadas desde las alturas, esto no es nuevo, y el dieciocho de octubre, esas raíces hicieron tambalear las copas de los árboles, no sólo para ser escuchadas, sino para terminar con los abusos de un tutelaje que jamás los tomó en serio. Aquel tutelaje que provino desde las buenas intenciones – desde las copas de los árboles siguiendo nuestra metáfora – y que por décadas – sujetadas en una habitus de élite – no dejó a los muchos hacer política, o sea, tomar decisiones sobre sus propias vidas.

A partir de lo anterior, en torno a aquel tutelaje, a aquella exclusión de las decisiones de la vida política de los muchos por parte de las élites, Kathya Araujo[2], una destacada investigadora del malestar social y una de las intelectuales que en base a sus extensos años de experiencia investigando este último tema ha hecho una de las más lúcidas y aterrizadas lecturas del estallido social o revuelta popular. En ese sentido, desde la copa de un ciprés magallánico, Gabriel Boric ha sido uno de los liderazgos políticos que ha hecho eco de esta lectura, intentando aproximarse a las ideas ideas allí vertidas, como, por ejemplo, la necesidad de cambios profundos, pero con tranquilidad, diálogo y consenso ¿El problema? Es que lo ha hecho a partir de la continuidad vertical y jerárquica de la política elitaria de los últimos treinta años, amparado en un habitus heredado desde su propia sangre y formación política. De este modo, por más Kathya Araujo que lea – y bien que lo haga – si Gabriel Boric no baja de aquella copa de árbol llamada élite, si él y su conglomerado no dan paso a las decisiones de los muchos, siendo presidente o no, los muchos le pasarán por encima para tomar la copa de los árboles que nunca han podido tomar y subir las demandas de las raíces que nunca han podido hacerse frutos.

De acuerdo con lo anterior, es que la política de transformación del neoliberalismo propuesta por el Frente Amplio y su candidato presidencial Gabriel Boric, pueden clasificarse como una continuidad de la forma vertical y elitaria de hacer política caracterizada por los gobiernos de la Concertación, continuidad, en muchos casos, sanguínea. Dicha continuidad de hacer política, más allá de cualquier juicio de valor o caricatura, es verificable en muchas decisiones políticas a lo largo de la historia del conglomerado; como elecciones arbitrarias de reemplazos de diputados (El Mostrador 2021)[3]; resoluciones centralistas que atentan contra las iniciativas locales de sus propios órganos comunales, como la designación unilateral de una fallida candidata a la alcaldía de Concepción (Valenzuela 2021)[4]; y en esa misma línea, importantes decisiones para la historia del país, como la firma del Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución en contraposición a lo deliberado por sus bases partidarias, contraviniendo el discurso de política colectiva impulsado por los liderazgos del Frente Amplio y provocando la salida de muchas personas de este último (The Clinic 2019)[5] y muchos otros ejemplos que se podrían desenterrar. De modo tal que, su estilo de hacer política, al margen de lo que puede ser una buena lectura de la realidad y de las aspiraciones de las capas medias, contraviene uno de los pilares fundamentales que han ido generando indignación en un amplio sector de la sociedad, como la verticalidad y el papel secundario a la hora de tomar decisiones de los de abajo, así como también, la crítica a vivir en una sociedad en la que el apellido y las redes familiares son centrales para definir las oportunidades (Araujo 26).[6]

En consecuencia, el escenario de grandes transformaciones políticas y culturales que como sociedad estamos viviendo se arriesga – desde la conducción vertical y continuista del Frente Amplio – a lo que el intelectual y militante comunista italiano Antonio Gramsci[7] llamó “la revolución pasiva”, esto es: cuando las ideas de transformación del orden existente en una sociedad – de forma implícita – son incorporadas y neutralizadas por las fuerzas conservadoras desde arriba hacia abajo, sin la intervención de los muchos, de las mayorías populares. Así, el discurso y la práctica política de Gabriel Boric conducen más hacia una continuidad e incorporación en el bloque histórico reinante, que, a una ruptura con él, por lo cual, el riesgo de la incorporación y neutralización de las ideas progresistas consolidadas en el sentido común post dieciocho de octubre es latente. De este modo, al no existir una ruptura real, sino más bien una continuidad vertical, lo que hace el Frente Amplio y su candidato presidencial es acercarse peligrosamente más a una restauración conservadora con elementos progresistas, que a una transformación estructural de carácter posneoliberal impulsada desde abajo.

Siguiendo lo anterior, la continuidad de la que hablamos no es un argumento antojadizo, sino algo palpable empíricamente en la política que el Frente Amplio ha desarrollado y, por tanto, pretende desarrollar si llega a ser gobierno. De este modo, la revolución pasiva de la que hablamos no viene a cuestionar el carácter antineoliberal del Frente Amplio, sino a establecer que su tesis corre el riesgo de ser asimilada al querer dejar “lo bueno” y sacar “lo malo” del pasado, sin una ruptura, y más importante, sin una política de masas que desde abajo pueda emerger como pueblo y lograr hacer una escisión definitiva con el orden neoliberal.

Así, frases como: “quienes en algún momento se sintieron convocados por la Concertación […] también tenemos que darle la oportunidad y no sencillamente rechazarlos por haber participado o haber votado por Gobiernos de los cuales nosotros fuimos oposición” (Cooperativa 2021)[8] o “Yo me siento parte […] de una larga tradición de la izquierda chilena en la que el PS es un eje troncal” (Cooperativa 2021)[9] denotan un afán de continuidad y no de ruptura, de quitar lo malo y dejar lo bueno. Ello, es criticado en La Miseria de la Filosofía por Marx cuando este ironiza con lo que Proudhon diría de Napoleón: “Napoleón es un gran hombre; ha hecho mucho bien, pero también ha hecho mucho mal” (Marx 69)[10]. Algo similar podría pensar Boric de la Concertación – o de Ricardo Lagos – y del bloque histórico que mantiene el orden neoliberal actual. De este modo y en línea de la crítica que hace Marx a Proudhon, la burguesía revolucionaria francesa supera la contradicción con el sistema feudal, no continúa con las formas “buenas” de organización del feudalismo, o bien, trayéndolo a la actualidad, las fuerzas progresistas superan la contradicción con el bloque histórico concertacionista, no salvan las formas “buenas” y sacan las formas “malas” de este.

Finalmente, y en síntesis, sin una política de ruptura con el bloque histórico concertacionista y sin un despliegue desde abajo, es decir, con el fortalecimiento de una musculatura social y con el rol protagónico de los muchos en las decisiones políticas importantes, las copas de los árboles en las que se encarama Gabriel Boric seguirán frondosas e imperturbables, quizá con algunos recortes en sus ramas hechas por sus jardineros, pero nunca despojadas de su posición. Ya lo decía Giuseppe Tomasi di Lampedusa en su famosa novela “El gatopardo” [11], el objetivo del poder dominante, de lo viejo que no termina de morir y sus herederos, es que todo cambie para que nada cambie. Una transformación sin transformación, o más bien, una revolución pasiva desde las alturas de la copa de un ciprés magallánico.

 

Notas

[1] Tomás Leighton, “Desde un árbol que mira al norte y echa raíces en la tierra”, Revista ROSA, una revista de izquierda, https://www.revistarosa.cl/2021/07/21/desde-un-arbol/

[2] Kathya Araujo. “Desmesuras, desencantos, irritaciones y desapegos”. Hilos tensados, (Santiago de Chile, Editorial Usach),19.

[3] El Mostrador, “RD elige a Marcela Sandoval y no a Paz Gajardo como la reemplazante de Renato Garín en la Cámara de Diputados”, El Mostrador, https://www.elmostrador.cl/dia/2021/02/17/rd-elige-a-marcela-sandoval-y-no-a-paz-gajardo-como-la-r eemplazante-de-renato-garin-en-la-camara-de-diputados/

[4] Alejandro Valenzuela, “RD Biobío: FA está cayendo en las mismas prácticas de la vieja política”, Diario Concepción, https://www.diarioconcepcion.cl/politica/2021/01/14/rd-biobio-fa-esta-cayendo-en-las-mismas-practica s-de-la-vieja-politica.html

[5] The Clinic, “Jorge Sharp encabeza masiva fuga de militantes de Convergencia Social”, The Clinic, https://www.theclinic.cl/2019/11/15/terremoto-en-el-frente-amplio-jorge-sharp-encabeza-masiva-fugade-militantes-de-convergencia-social/

[6] Kathya Araujo. “Desmesuras, desencantos, irritaciones y desapegos”. Hilos tensados, (Santiago de Chile, Editorial Usach, 2019), 26.

[7] Antonio Gramsci. Notas sobre Maquiavelo, la política y el Estado Moderno. (Buenos Aires: EDICOL, 2017), 98.

[8] Cooperativa.cl, “Gabriel Boric: Con el programa del PS y de Paula Narváez hay más coincidencias que diferencias”, Radio Cooperativa,

https://cooperativa.cl/noticias/pais/politica/presidenciales/gabriel-boric-con-el-programa-del-ps-y-de-p aula-narvaez-hay-mas/2021-07-12/085806.html

[9] Cooperativa.cl, Boric y posible pacto con Narváez: “El PS es un eje troncal de la larga tradición de la izquierda chilena”, Radio Cooperativa,

https://cooperativa.cl/noticias/pais/politica/presidenciales/boric-y-posible-pacto-con-narvaez-el-ps-esun-eje-troncal-de-la-larga/2021-07-19/184542.html

[10] Karl Marx. La Miseria de la Filosofía: respuesta a la filosofía de la miseria de Proudhon”. (México: Siglo Veintiuno, 1987), 69.

[11] Di Lampedusa, G. T. (2019). El gatopardo (Vol. 998). Anagrama.

Bernardo Jorquera

Licenciado en Antropología, integrante del “Cordón Trinidad” y de la “Asamblea de Organizaciones Sociales y Territoriales del distrito 12”.