Jóvenes de Chile, ¿uníos?

La verdad, con un amigo también somos muy cercanos en cuanto a ideología, y hemos pensado en militar […] pero yo creo que si bien lo hemos pensado, no estoy seguro de que lo haría, porque como te digo nunca he sido muy informado para las cosas, nunca he ido como al detalle máximo de todos los programas o de cómo ha sido la historia o gobiernos previos, entonces siento que tampoco tengo muy claro qué significa militar, porque me es algo muy extraño, muy tabú en la sociedad, pero yo creo que derechamente no sé si sería mi lugar […] como que no termina de ser algo muy fundamental para mí, para asegurar mi participación siempre, digamos.

por Álvaro Cabrera

Imagen / El pueblo unido avanza sin partidos. Fuente.


1. El estado de los partidos políticos en Chile

Desde que Marx[1] en 1864 señalara la necesidad de organizar a las clases subordinadas mediante la lucha política, los partidos políticos, en su diversidad, han florecido y variado tanto en su estructura como en sus tácticas para la disputa del poder. Así, a lo largo de la historia, hemos visto distintos partidos que han intentado organizar y relevar el rol de los desposeídos en la actualidad. Tales son los conocidos casos del Partido Comunista y su homólogo Socialista, cuyo origen fue paralelo a los movimientos revolucionarios más destacados del siglo XX.

Señalar que los partidos políticos en Chile están en crisis es algo, a esta altura, conocido por la gran mayoría de la población. La academia[2] ha escrito densamente acerca de ello, señalando, entre otras cosas, sus debilitamientos institucionales, problemas de representatividad y su encapsulamiento institucional, lo que los ha llevado a una distancia casi natural con la población. La convención constitucional, cuyo texto fue recientemente rechazado, intentó darle solución al problema reemplazando los partidos políticos por “organizaciones políticas”[3], aunque nunca podremos saber el alcance de lo que hubiese significado este cambio.

Esta columna, que presenta algunos resultados preliminares de una investigación académica, tiene por propósito dar unas pistas acerca del rol que tienen los partidos para los jóvenes en nuestro país. En particular, a partir de entrevistas realizadas con jóvenes chilenos, de entre 18 y 29 años, que no militan en partidos políticos y que votaron por Gabriel Boric, se intentará dar luces sobre su utilidad -o no- y mencionar algunos factores que los alejan de una participación formal. La investigación, fue motivada por la gran movilización de este grupo etario en las votaciones de la segunda vuelta presidencial el pasado año, lo que contrastaría enormemente con las elecciones anteriores a aquella.

 

2. Partidos políticos: ¿organizaciones necesarias?

Una de las opiniones más transversales con respecto a la discusión política de la convención giró en torno a los partidos políticos y su rol en la sociedad. Los jóvenes, contrarios a mostrar una opinión negativa ante estas organizaciones políticas, mostraron una opinión favorable aunque no sin ciertos matices. Por ejemplo, Benito, destaca su importante rol en la capacidad de generar propuestas, incluso transparentando las críticas que se podrían hacer de estos:

“Yo creo que son necesarios, sí, porque creo que las formas más prácticas que tenemos en la actualidad como un poco para generar propuestas, tal vez, la verdad es que igual uno puede ponerle todas las críticas a los partidos políticos, pero siento que en este país siempre han sido necesarios y que es un sistema que igual como que funciona en la medida en que hay, en este tipo de democracia.” (Benito, 23, Estudiante, Conchalí)

Benjamín es otro de los jóvenes que no desconoce los problemas que tienen, y han tenido, los partidos. De hecho, da algunas luces acerca de qué es lo que podría alejar a la gente de los partidos, aunque no con mucha profundidad. En simple, se reitera lo que la academia ha mostrado por largos años, a saber, existe una falta de confianza para con los partidos. No obstante, y aquí está lo relevante, la opinión sobre los partidos sigue siendo positiva a pesar de reconocer lo anterior:

“Yo creo que, o sea, nunca he criticado mucho a los partidos, como mucha gente lo hace […] yo siempre he pensado que un partido es por lo bajo una manera de identificar algunas ideas, las coaliciones lo son más todavía, untan demasiadas ideas y siempre van a haber lados que apunten más para un lado y más para otro, pero no sé […] siento que no son tan malos, yo siento que la manera en la que se hace política ahora a través de los partidos no es mala pero sí tiene que recuperar mucho terreno en cuanto a ganarse la confianza de la gente de nuevo, entonces eso, yo siento que no es algo, o sea está bien que existan los partidos, está bien como llegar a ideas […]” (Benjamín, 22, Estudiante, Santiago Centro)

Como hemos visto hasta acá, la imagen positiva de los partidos es recurrente entre los jóvenes, aunque la distinción de su rol en la sociedad, a saber, para qué sirven, no lo sea tanto. Valeria, joven de clase baja, da pistas nuevamente del rol que se percibe de los partidos en los jóvenes. Descritos como, una ayuda, organizados para aportar a la sociedad, son una de las cualidades que resaltan: “La verdad es que yo considero que son una ayuda súper grande, como que son súper organizados y en ese sentido como que se agradece”. Es más, ante la pregunta de por qué cree que los partidos no son innecesarios, la misma joven destaca la constancia que le dan a la organización:

“Porque ayudan harto, hacen buenas cosas, están constantemente organizándose para aportar a la comunidad, sobre todo a los que más necesitan, porque lo veo igual, entonces claro, como que por ese lado bacán que estén ahí aportando y que sean constantes porque eso igual dicen harto, como ser constante y no dejarlo nunca, por ese lado como que sí bacán que existan, es personal igual que vendan el partido, eso a mí me molesta.” (Valeria, 22, Estudiante, Villa Alemana)

Como vimos, los partidos políticos son vistos como organizaciones bien consideradas por los jóvenes entrevistados, ya que cumplen un rol fundamental en distintas tareas. Esto, sin embargo, no quiere decir que no existan distancias, limites o malestares para con estos. En fin, podemos descartar, entonces, una percepción negativa de los partidos y considerarlos como elementos fundamentales en la construcción política actual.

 

3. Del dicho al hecho: límites de integración partidaria

Dada la buena percepción de los partidos entre los jóvenes votantes del candidato de Apruebo Dignidad, cabe preguntarse por qué, entonces, existe un límite y una distancia para integrarlos. En otras palabras ¿por qué no hay más jóvenes integrando las filas de partidos políticos afines? En esta sección se expondrán algunos relatos que podrían dar pistas acerca de estas mismas limitaciones.

Uno de los elementos que aparecen, y llama la atención, es la lejanía que tienen algunos jóvenes debido a la imagen que tienen de las estructuras partidarias y su funcionamiento. Así, se expresa una aversión hacía lo que pareciera ser la política de “cuadros” de los partidos y una intolerancia hacia una posición única a la cual seguir. Esta opinión es expresada por Carmen:

“[…] yo creo que en los partidos políticos no hay espacio como para matices, y esto de tener que adherir siempre a lo que dice el partido y no poder ser como oposición bajo un punto de vista por ejemplo, un conflicto o una ley en específico creo que me aleja un poco de poder militar porque al menos yo no me identifico con un partido de los que ya existe, y mi posición va variando al menos con diferentes tipos de leyes, como no sé, esto creo que pienso más como el Frente Amplio, como el Partido Comunista, pero al menos yo no estoy dispuesta como a adherirme a lo que dice el partido siendo que yo pienso algo diferente en alguna ley, no sé si se entiende.” (Carmen, 23, Socióloga, Quinta Normal)

En línea con lo anterior, pareciera haber un sentido de constancia y deber para militar en partidos. Dicho de otra manera, hay jóvenes que perciben que uno de los requisitos más importantes para participar de las estructuras partidarias es un compromiso constante que, aparentemente, es un limitante a la hora de participar de estas organizaciones.

“En algún momento igual lo pensé y yo creo que por la falta de constancia, siento que para estar dentro de un partido político tiene que haber un compromiso, tiene que ser algo constante y yo sé que no voy a ser esa persona constante dentro de un partido político, prefiero que sea algo que nazca cuando yo lo sienta como lo he hecho hasta el día de hoy, pucha ahora hace tiempo que no voy a un voluntariado, a una limpieza, pero me siento bien con eso, si yo entro a un partido político y sé que tengo esta responsabilidad de tener que estar ahí porque hice un compromiso con estas personas ya me voy a empezar a sentir mal, a exigir, entonces por esa razón yo no entraría a un partido político.” (Valeria, 22, Estudiante, Villa Alemana)

Lo anterior, va en línea con lo que señalan jóvenes como Benito, quien abiertamente reconoce una falta de voluntad para integrar las filas de los partidos. Así, un expreso estado de ánimo que les impide dar el salto y definirse por participar organizadamente de la construcción de la sociedad:

“Es que la verdad lo he pensado, creo que no se, tal vez puede relacionarse un poco con lo que te había dicho al principio que sentía tanto el estallido, lo que implicaba vivir en Chile y la verdad es que eso, como que no sé si en estos momentos me veo militando en un partido, porque igual creo que, yo no creo que militar sea estar inscrito y listo, como que igual es organizarse […] La verdad es que no sé, simplemente como un tema de voluntad.” (Benito, 23, Estudiante, Conchalí)

Por otro lado, Benjamín, señala que, si bien lo ha pensado ya que tiene muchas cercanías ideológicas con el Partido Comunista, siente que no sabría si la organización es su lugar. Las razones para ello parecieran ser, en primer lugar, una desinformación acerca de los proyectos de cada organización en detalle, en este caso del PC, y, la segunda, que no considera a estas organizaciones como algo fundamental en la vida personal del joven:

“La verdad, con un amigo también somos muy cercanos en cuanto a ideología, y hemos pensado en militar […] pero yo creo que si bien lo hemos pensado, no estoy seguro de que lo haría, porque como te digo nunca he sido muy informado para las cosas, nunca he ido como al detalle máximo de todos los programas o de cómo ha sido la historia o gobiernos previos, entonces siento que tampoco tengo muy claro qué significa militar, porque me es algo muy extraño, muy tabú en la sociedad, pero yo creo que derechamente no sé si sería mi lugar […] como que no termina de ser algo muy fundamental para mí, para asegurar mi participación siempre, digamos.” (Benjamín, 22, Estudiante, Santiago Centro.)

 

4. Algunas conclusiones

Los partidos políticos en Chile sin duda que están en una fase crítica. Por un lado, son actualmente las únicas organizaciones institucionalmente validadas para distribuir y organizar los poderes en la sociedad en la cual vivimos hoy día. Por otro, son organizaciones que presentan una creciente deslegitimación y una estable crisis en su representación. Por lo mismo, evadir un debate acerca de su estado resulta, a ojos del autor, incorrecto.

Los jóvenes, en particular aquellos que votaron por el proyecto político de Apruebo Dignidad en las elecciones de diciembre de 2021 liderado por Gabriel Boric, parecieran ver a estas organizaciones de manera positiva, adjudicándoles un rol importante en la sociedad. Ya sea para informar o para organizar de manera constante a la sociedad, los partidos no son vistos como esas organizaciones cupulares que se dedicarían a repartir regalías y a administrar el poder para beneficios de unos pocos.

Sin embargo, tal como lo hemos mostrado a lo largo del escrito, hay también impedimentos que alejan a estos mismos jóvenes de formar parte de las filas de estas organizaciones. Desde estados de ánimos como falta de voluntad, poco interés en ellos y una distancia a lo que se percibe como la organización de cuadros, son algunos de los elementos que afloran como los perjudiciales en el proceso de militancia activa.

Este escrito, tal como el lector puede observar, no tiene pretensiones representativas, pero sí informativas. En ese sentido, urge analizar cuál es el rol de los partidos en la sociedad, no solo desde un ámbito académico, sino más bien político. Los partidos deben reconstruirse desde el interior y con la sociedad, no sin ella.

De este modo, si las organizaciones políticas, y particularmente de izquierdas, tuviesen que plantear caminos a seguir, partir por explorar lo descrito en esta columna quizás sirva de punto de partida para algunos, como también pueda ser perfectamente desechado por otros. No obstante, ignorar el rol de los partidos por su crisis actual y pensar organizaciones sociales sin estructuras que estén legitimadas para disputar el poder a los sectores dominantes, no solo es contraintuitivo, ya que ayudaría a los mismos sectores que controlan las ruedas de la sociedad, sino que también algo impracticable de momento. Lo que corresponde, entonces, es fortalecer estas organizaciones y no abandonarlas.

 

Notas

[1] Karl Marx, Estatutos generales de la Asociación Internacional de los Trabajadores. En Antología (Buenos Aires: Siglo XXI, 2019), pp. 263-266.

[2] Juan P. Luna y David Altman, “Uprooted but stable: Chilean Parties and the concept of Party System”, Latin American Politics and Society vol. 5 N°2 (2011):1-28; Juan P. Luna y Fernando Rosenblatt, “¿Notas para una autopsia? Los partidos políticos en Chile actual”, Democracia con partidos. Informe para la reforma de los partidos políticos en Chile (2012):115-252; Carlos Huneeus y Octavio Avendaño, “Los partidos políticos y su debilitamiento”, El sistema político en Chile (Santiago: LOM, 2018), 153-191

[3] Propuesta de Constitución Política de la República de Chile (2022)

Álvaro Cabrera

Licenciado en Historia y Magíster en Ciencias Sociales, Universidad de Chile.