Comunidad, sociedad y el desafortunado antagonismo del Ministro de Salud

Cómo ya soslayaba anteriormente, esta crisis pienso es principalmente económica, y como tal las respuestas más estructurales, las medidas con mayor nivel de asertividad (por su representatividad) debieran ser articuladas, expresadas y empujadas en conjunto con organizaciones como sindicatos del retail, trabajador@s que se autogestionan el trabajo (emprendedores), trabajadores informales, las mujeres debido a la sobrecarga de cuidados y l@s desempleados. Esto aun no es una realidad, pero sería esperable y necesario debido a que la tendencia de contracción de la economía va a presentar aun peores números (según se proyecta) en América Latina, zona que además ha tenido mayor dificultad para palear y enfrentar la pandemia por sus condicionantes sociales, económicas y políticas de las últimas décadas, que han sido marcadas fundamentalmente por la inestabilidad como factor común.

por Cari L. Álvarez T.

Imagen / Presentación del nuevo Ministro de Salud, Enrique Paris. Fuente.


La salida de Mañalich quizás oculta más de lo que logramos saber. Pensar ya en esto tiene que ver justamente con el pésimo enfoque – o falta de él- que ha aplicado el gobierno sobre el manejo de la crisis COVID.

Lo que sí me queda claro es que la designación de Enrique Paris tiene más que ver con el miedo que tiene el gobierno a la potencia de—– que se ha puesto tras el liderazgo de Izkia Siches.

Izkia ya no es sólo Izkia y todo lo que como humana la compone, sino que es un rostro (nos guste o no) que representa a un sector de recambio en el COLMED (Colegio Médico) que tiene una sensibilidad mayor por los dolores de la sociedad. Probablemente, una generación de medicas y médicos que se han formado al fragor de las luchas vigentes del último ciclo en Chile y que por tanto esta mas anclada a una visión comunitaria de accionar en salud. Esto es relevante porque generalmente se tiene la idea de que el sector médico no tiene esta sensibilidad y por tanto no logra conectar con los objetivos que despliegan otros agentes de salud, y por supuesto con la irrupción de estos sectores dentro del COLMED otras disciplinas tienen quizás por primera vez la esperanza y posibilidad de articular esfuerzos por un bien común desde el enfoque comunitario en salud.

Quizás esto que acabo de enfatizar para algunes no es tan relevante, pero les quiero argumentar por qué pienso que es más que relevante.

En esta crisis el aislamiento físico es a lo que más se le ha puesto atención. Ese factor afecta de manera positiva o negativa dependiendo de cual sea la estrategia de abordaje, la organización de los recursos y la forma en que se aplica desde la experiencia comparada en estos meses en diferentes latitudes del planeta. En ello, la reacción de las comunidades locales, me atrevo a decir que ha sido fundamental en países como el nuestro, que en la mayoría de las ocasiones ha reaccionado con mayor eficiencia y pertinencia que las mismas ayudas estatales. Desde el punto de vista de la salud pública esto no es menor, ya que justamente el sentido, cohesión y articulación con la comunidad permite o no posibilidades de prevención de muertes por pandemia, efectos económicos y en la vida cotidiana de quienes no tenemos protecciones y al contrario estamos más expuestos a la precariedad.  Este efecto comunitario,  se explica básicamente por fenómenos tales como la socialización de la información, el conocimiento de las necesidades concretas, y la gestión de respuestas ante una economía que no se permite humanidad, ni cuidados, ni prevención, y donde por contrapartida las comunidades generan medidas autogestionadas de seguridad donde lo personal, lo cotidiano, lo humano tiene preponderancia para la subsistencia, sellos que guían la exploración de posibilidades de economías más solidarias.

Aun así, con todos estos aciertos por parte de la sociedad, y las comunidades más organizadas, hay dos cuestiones que tienden a alertar y espero concordemos en ello:

Primero, que la tendencia de articulación del liderazgo del COLMED sea solo desde una perspectiva técnico/profesional del sector salud, un sector muy importante no me mal entiendan, pero que no necesariamente está en posición de representar a los sectores que están siendo más afectados por la crisis. Cómo ya soslayaba anteriormente, esta crisis pienso es principalmente económica, y como tal las respuestas más estructurales, las medidas con mayor nivel de asertividad (por su representatividad) debieran ser articuladas, expresadas y empujadas en conjunto con organizaciones como sindicatos del retail, trabajador@s que se autogestionan el trabajo (emprendedores), trabajadores informales, las mujeres debido a la sobrecarga de cuidados y l@s desempleados. Esto aun no es una realidad, pero sería esperable y necesario debido a que la tendencia de contracción de la economía va a presentar aun peores números (según se proyecta) en América Latina, zona que además ha tenido mayor dificultad para palear y enfrentar la pandemia por sus condicionantes sociales, económicas y políticas de las últimas décadas, que han sido marcadas fundamentalmente por la inestabilidad como factor común.

Segundo, preocupa enormemente que las provocaciones del nuevo Ministro apunten directamente a diluir el liderazgo confiable de Izkia, indicando en medios de prensa que este liderazgo no representa a todos los médicos. Si bien es cierto este es un lenguaje común en la política que conocemos, esto de generar polaridades y antagonismos, especialmente ahora y desde un punto de vista político/sanitario generar un ambiente de división, segmentación entre el COLMED es una miopía enorme de parte del Gobierno, pues pone un manto de dudas a lo que la misma población ha legitimado como interlocución. Eso en términos de salud pública solo nos perjudica, pues el Gobierno ha sido sumamente ineficaz en generar una vocería confiable, medidas pertinentes, subestimando la capacidad de las comunidades para entender los peligros y contexto y ello nos lleva a que no tengamos fuentes confiables de información, poco claras e incluso incoherentes entre si y con agentes políticos del oficialismo incapaces de sostener un debate de manera virtuosa. Si el camino de desarticulación que pretende instaurar el entrante ministro Paris funciona, lo que tendremos es justamente un aumento de contagiados y por tanto, nuevamente una estrategia política que solo perjudicará a la mayoría precarizada por el neoliberalismo.

La verdad esta nueva designación en el MINSAL no da tranquilidad y espero de todo corazón que el gobierno enmendé el rumbo y se preocupe de una vez por todas de nosotr@s, las personas, y no de crecer en liderazgos a punta de zancadillas.

Cari L. Álvarez T.

Terapeuta ocupacional y directora de la Fundación Poder.