Democracia y socialismo: el horizonte de lo necesario

No existe ningún elemento científico que pruebe una suerte de incompatibilidad entre democracia y socialismo, sin embargo, esta posible forma de gobierno se vio opacada por las perspectivas ideológicas hegemónicas de los líderes políticos en los Estados transicionales que en algún momento fueron identificados como “socialismos reales”, los que en su mayoría, fueron forjados ideológicamente por el stalinismo.

por Gabriel Lagos

Imagen / monumento a Salvador Allende, Santiago de Chile. Fuente: pxhere.


  1. La revolución rusa de 1917 permeó toda la lucha por el socialismo de Siglo XX. Sus líderes canonizados por enormes maquinarias de propaganda política fueron presentados a los ojos de los grupos que se autodenominaron como revolucionarios como héroes de carácter prometeico que nos entregaron la fórmula política para llevar a cabo una revolución.
  2. Este proceso político de construcción de figuras infalibles pasó por un proceso de depuración en el que sólo algunos líderes del proceso ruso del ’17 pudieron entrar al panteón revolucionario. En el caso de los que pudieron ingresar en la “historia de los vencedores”, algunos de sus posicionamientos políticos terminaron por generar un manual de la revolución en la que ciertas premisas osificadas fueron guía para un proletariado movilizado bajo la promesa de victoria.
  3. En este manual revolucionario -al igual que en el caso de los héroes infalibles-, ingresaron algunos conceptos y premisas políticas excluyendo a otras, con esto se generó una mecánica de la adaptación teórico-política de una toma del poder en un régimen autocrático a modelos tan lejanos como el de las democracias liberales de los países industrializados.
  4. En el caso de teóricos revolucionarios que quedaron fuera del panteón revolucionario como fue el caso de Karl Kautsky, no sólo quedó afuera el pérfido apoyo que le otorgó a la guerra Imperialista con la Rusia zarista del 4 de agosto de 1914, sino que además, quedó afuera su estrategia para la toma del poder por el proletariado alemán la que está sintetizada en sus trabajos titulados La Revolución Social de 1902 y El camino del poder de 1909. En ambos textos es posible apreciar a un teórico revolucionario y líder político capaz de obtener la victoria política en una extraña pero consistente mezcla entre utopía y realismo.
  5. En estos trabajos del revolucionario alemán se considera de manera profunda a la democracia y la cultura democrática como elementos indispensables en la lucha por el socialismo, cabe agregar que no existe nada de angelical en su noción de lucha política, la que considera tanto la socialización de los medios de producción, como el desarme del ejército regular y el cuerpo de generales representantes de la clase dominante a cambio de la generación de una milicia popular, en ese sentido, Kautsky entiende la lucha por el socialismo en toda su magnitud.
  6. Otro pensador revolucionario maldito -aunque por causas completamente distintas a las de Kautsky- como fue el caso de León Trotsky, también aborda el problema de la democracia, aunque de manera distinta, ya que si bien rechaza a la democracia liberal por considerarla una fachada hipócrita, en sus trabajos de los años ’30 insiste en la necesidad de la existencia de un pluripartidismo en los órganos de autogobierno obrero que sea capaz de expresar las diferentes tendencias del proletariado en lucha, además de operar como un antídoto contra el germen burocrático que emerge en el agotamiento del impulso revolucionario.
  7. León Trotsky fue un hábil teórico del problema del burocratismo, esto se debe a que él y sus partidarios vivieron en carne propia la persecución política generada por un gigantesco organismo burocrático, sin embargo, su interés en teorizar sobre este fenómeno no sólo reside en su situación personal, sino en la búsqueda por la comprensión del proceso revolucionario, es en esa etapa de estudio y reflexión, es que llega a considerar necesaria la existencia de diversas organizaciones políticas que desplieguen su accionar en los organismos revolucionarios.
  8. A lo largo de la historia de la humanidad han existido distintos tipos de regímenes políticos, los que han ido desde la democracia hasta la monarquía, pasando por variantes como el cesarismo y el parlamentarismo. En el caso de la democracia ha existido una de carácter esclavista como fue la griega y una capitalista como la Occidental, esto quiere decir que no ha existido un solo régimen económico para el despliegue de la democracia.
  9. Las democracias que han existido a lo largo de la historia han variado de país en país y de época en época, en ese sentido, más que existir un régimen democrático único, existen nociones democráticas generales que han subsistido a lo largo de los Siglos y que siempre han tenido por objetivo fortalecer y validar las decisiones tomadas por una mayoría política que forma parte a su vez de un conjunto mayor portador del derecho de palabra (isegoría) y forma (isonomía).
  10. No existe ningún elemento científico que pruebe una suerte de incompatibilidad entre democracia y socialismo, sin embargo, esta posible forma de gobierno se vio opacada por las perspectivas ideológicas hegemónicas de los líderes políticos en los Estados transicionales que en algún momento fueron identificados como “socialismos reales”, los que en su mayoría, fueron forjados ideológicamente por el stalinismo.
  11. El odio a la democracia es transversal tanto en los teóricos del stalinismo como en los de las llamadas izquierdas comunistas. Para ambos es una ilusión política a rechazar, sin embargo, los primeros terminaron en burocracias opresoras devenidas en algunos territorios en monarquías militares pérfidas y reaccionarias, mientras que los segundos generaron -mientras criticaban al “capitalismo de Estado”-, caudillos incuestionables dentro de sus orgánicas diminutas. Esto cristaliza lo que ambas perspectivas políticas temen de la democracia: la posibilidad concreta de perder el poder por decisión mayoritaria.
  12. El odio a la democracia no debe ser contrarrestado por un amor irrestricto a la misma, esta forma de régimen es sólo una técnica de gobierno, sin embargo, a la luz de diversas experiencias históricas, se hace indispensable tenerla en consideración en los procesos venideros de lucha política provenientes de la larga tradición igualitaria.
  13. La democracia como tal, es decir, como técnica de gobierno, es insuficiente para el diseño de una sociedad próspera y feliz, para eso, se requiere que el soporte material sobre el que descansa la democracia tenga por objetivo el bienestar de la población en general, en ese sentido, el modo de producción socialista surge como la única forma económica posible en la que la democracia puede explorar sus límites políticos en aras de la construcción de una sociedad avanzada capaz de permitir el pleno desarrollo de las y los seres humanos.
  14. Esta forma de concebir la democracia no debe ser homologada con la “vía chilena al socialismo de la Unidad Popular”, para que la democracia sea operativa, deben establecerse mínimos comunes en torno a la administración de la riqueza social, en ese sentido, es aleccionador lo ocurrido en Chile en la década de los setenta. Esto porque deja de manifiesto que los partidos burgueses jamás permitirán que el socialismo ascienda al poder por la vía democrática, ya que sus mínimos comunes implican la defensa irrestricta de la sociedad de clases, esto ya lo había esbozado Kautsky en su trabajo de 1902, por lo tanto, hablar de democracia socialista en ningún caso suprime u omite la lucha de clases y el quiebre político e Institucional necesario para avanzar en la socialización de la producción.
  15. Para pensar la lucha política por el socialismo dentro del orden burgués, se requiere necesariamente pensar un programa político de carácter transicional, capaz de aglutinar las demandas mínimas de la población trabajadora enlazándolas con las perspectivas del programa máximo. Ese programa debe defender las conquistas democráticas alcanzadas por la clase trabajadora en el marco de la lucha de clases y llevarlas al punto en el que los elementos constitutivos del orden burgués, se vean cuestionados desde sus cimientos. Este proceso es el que permite vincular de manera dinámica la cultura democrática necesaria para la lucha por el socialismo y el quiebre institucional necesario para la conquista real del poder político.
  16. En el caso de omitir la cultura democrática vinculada al acto deliberativo y la toma de decisiones nos exponemos nuevamente al despotismo heredado de las revoluciones en tierras autocráticas, por otro lado, en el caso de omitir la necesaria etapa del quiebre Institucional, nos exponemos a caer en una política miope y anclada en la mejora de la calidad de vida bajo el régimen de explotación capitalista, entregándole de paso, los cuerpos y la sangre de los trabajadores de avanzada al espiral represivo de la burguesía. Este factor nunca debe ser menospreciado, la historia ha contado innumerables ocasiones en las que la burguesía ajustó cuentas con los más avezados representantes de la clase trabajadora. Esta debe ser una lección aprendida.

 

Bibliografía

ANTENTAS, J. (2017, febrero). Imaginación estratégica y partido. Viento Sur, Nr. 150, 141-150.

ARTOUS, A. (2005). Democracia y emancipación social. Octubre 01, 2017, de Revolta global. Sitio web: http://www.anticapitalistas.org/IMG/pdf/Artous-DemocraciaYEmancipacionSocial.pdf

DEAN, J. (2017, febrero). La actualidad de la revolución. Viento Sur, Nr. 150, 163 – 172.

FERNANDEZ, B. (2017, febrero). Las antinomias de la forma partido. Viento Sur, Nr. 150, 173 – 180.

KAUTSKY, K. (1902). La revolución social. Abril 12, 2019, de Alejandría Proletaria. Sitio web: https://www.marxists.org/espanol/kautsky/1902/1902-revosocial-kaustky.pdf

KAUTSKY, K. (1909). El camino del poder. Abril 20, 2019, de Alejandría Proletaria. Sitio web: http://grupgerminal.org/?q=system/files/1909-caminopoder-kautsky.pdf

LENIN, V. (1918). El Estado y la revolución. Octubre 01, 2018, de MIA. Sitio web: https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/estyrev/hoja4.htm

LENIN, V. (1975). La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo. Pekín: Ediciones en lenguas extranjeras

MANDEL, E. (1974). La teoría leninista de la organización. Octubre 01, 2018, de Archivo Ernest Mandel. Sitio web: https://www.ernestmandel.org/es/escritos/pdf/form_teoria-leninista-organizacio.pdf

MICHALOUX, C. & SABADO, F. (2017). Nuestra revolución rusa. Agosto 24, 2018, de Viento Sur. Sitio web: http://vientosur.info/spip.php?article12941

MOSQUERA, M. (2017, febrero). La construcción partidaria en el actual periodo histórico. Viento Sur, Nr. 150, 181-189.

PEREYRA, D. (2017, febrero). El partido-movimiento que necesitamos. Viento Sur, Nr. 150, 198-204.

TROTSKY, T. (1938). El programa de transición. Mayo 20, 2019, de MIA. Sitio web: https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1938/prog-trans.htm

TROTSKY, L. (2001). La revolución traicionada. Madrid: Fundación Federico Engels.

IV INTERNACIONAL. (1979). Democracia socialista y dictadura del proletariado. Octubre 01, 2018, de Revolta global. Sitio web: http://www.anticapitalistas.org/IMG/pdf/Congreso4aInternacional1979-DemocraciaSocialistaYDictaduraDelProletariado.pdf

Alejandro Gabriel Lagos
+ ARTICULOS

Periodista, Magister en Comunicación Política y Coordinador Operativo del Magister en Comunicación Política de la Universidad de Chile.