#CAMINOALAHUELGA La huelga feminista del 8 de marzo va

¿De qué se trata la huelga feminista? ¿Caben en ella las mujeres que dedican sus vidas a cuidar a sus familias o cercanos, fuera del mundo formal del trabajo? ¿Se puede adherir a la huelga de algún modo diferente a la paralización? ¿Cómo se debe hacer huelga cuando eres tu propia jefa? Contrario a lo que podría pensarse, la huelga feminista es una táctica reciente dentro de las luchas de las trabajadoras a nivel internacional, siendo una articulación que nace de la consciencia contemporánea de las estrechas relaciones entre el trabajo capitalista y la reproducción de la vida sostenida en el orden patriarcal. Estas y otras dudas muestran la vitalidad y experimentación presente en esta segunda versión de la huelga internacional de mujeres, tras la exitosa experiencia en 2018 de la masiva movilización tras la consigna “sin nosotras se para el mundo”.

por Colectiva Acuerpar

Imagen | Segundo Paro Internacional de Mujeres 8M, Santa Fe, por Paola Leiva. Fuente: Wikimedia Argentina.


¿De qué se trata la huelga feminista? ¿Caben en ella las mujeres que dedican sus vidas a cuidar a sus familias o cercanos, fuera del mundo formal del trabajo? ¿Se puede adherir a la huelga de algún modo diferente a la paralización? ¿Cómo se debe hacer huelga cuando eres tu propia jefa? Contrario a lo que podría pensarse, la huelga feminista es una táctica reciente dentro de las luchas de las trabajadoras a nivel internacional, siendo una articulación que nace de la consciencia contemporánea de las estrechas relaciones entre el trabajo capitalista y la reproducción de la vida sostenida en el orden patriarcal. Estas y otras dudas muestran la vitalidad y experimentación presente en esta segunda versión de la huelga internacional de mujeres, tras la exitosa experiencia en 2018 de la masiva movilización tras la consigna “sin nosotras se para el mundo”. La idea misma de unas “trabajadoras” pensadas desde este nuevo marco de sentido está en potencial creación ahora mismo, en un momento de particular divulgación de la crítica feminista a la teoría marxiana del trabajo en su desconsideración de las múltiples prácticas del trabajo femenino fuera del ámbito formal del trabajo. Trabajo oculto bajo el tradicional y espeso velo del género, que a su vez se expande y reinterpreta en el mundo laboral: la desigualdad salarial, el acoso sexual, el castigo a la maternidad, la desconsideración de las vidas de las mujeres, la precarización y el empobrecimiento de las profesiones asociadas al cuidado son algunos ejemplos dentro de la supuestamente “igualitaria” economía formal del trabajo.

A fin de mostrar la profundidad y alcance de esta segunda dimensión del trabajo de mujeres, oculta en lo formal y en lo informal, el movimiento feminista llama a una huelga integrada exclusivamente por ellas a fin de poner en valor el trabajo de las mujeres en toda su extensión y riqueza por medio de su ausencia. Así, como productoras, cuidadoras, educadoras, estudiantes y sujetas expropiadas de valor en el mercado, la idea es que este 8M veamos trastocadas todas las dimensiones de nuestras vidas por un día, ya sea en el espacio público como también en nuestras relaciones personales. Como aportación del feminismo como internacionalismo al plano local, la construcción de la huelga ha implicado en su despliegue cotidiano un importante proceso de politización para amplios grupos de mujeres. La precarización del trabajo de las mujeres -la consigna chilena del 8M 2018- nos otorga un potente elemento de convocatoria a todas aquellas mujeres que son objeto de los efectos del “modelo chileno”, ya sea en el trabajo formal como en las pensiones de miseria luego del periodo laboral, el acoso callejero y laboral, el femicidio, las violencias sexuales y la revictimización de las denunciantes.

Este año la principal organización convocante en Chile a la huelga del día internacional de las mujeres, la Coordinadora Feminista 8M, proyecta una extensa convocatoria a la paralización y realización de acciones públicas en apoyo a la huelga de mujeres en diferentes puntos del país. Un escenario que buscará extender la reflexión feminista del 8 de marzo a la primera semana del mes completa, y descentralizar el despliegue multitudinario de las movilizaciones promoviendo su emergencia en ciudades en que el movimiento de mujeres está floreciendo. Ya se encuentran liberados sus materiales gráficos de difusión de la huelga, al alcance de todas, así como abierta la posibilidad de constituir un comité de la Coordinadora ahí donde exista un grupo de mujeres disponibles a preparar en conjunto la huelga en las cinco semanas que restan. La preparación subterránea y cotidiana de este escenario nacional ya está en marcha a través de distintas acciones, siendo la más visible la conformación de distintas brigadas feministas y su salida a la calle para difundir a través de afiches la consigna #lahuelgava.

¿Cuáles son las principales formas de hacer la huelga? ¿Cómo pararán las mujeres en los diversos espacios donde día a día desarrollan su trabajo? El poco reconocimiento económico y social del trabajo doméstico y de cuidados plantea asimismo la dificultad de su evidencia ¿Cómo hacemos visible lo invisible? Como colectiva conformada en las luchas feministas de 2018, queremos compartir con ustedes una breve reflexión sobre las principales formas de paralizar, pues nos parece fundamental poder generar en colectivo ciertas condiciones que continúen nuestra lucha. La primera de ellas es la consciencia del trabajo de mujeres, aún cuando no tengamos la certeza de qué significa o la posibilidad de hacer una huelga feminista. En un mundo marcado por formas extremadamente represivas de trabajo y vigilancia, así como a un ejercicio constante de división y competencia entre las y los trabajadores, la propuesta de este esquema es contar también con formas de resistencia que nos permitan realizar la huelga feminista, aún cuando por fuerza mayor no podamos adherir a ella por medios convencionales.

Huelga laboral

Brazos caídos, delantales colgados, asamblea de mujeres trabajadoras. La huelga laboral de mujeres es quizás la más sencilla de identificar en términos de productos, y la que tiene un efecto más directamente constatable en la economía local. El restringido apoyo sindical recibido en algunas experiencias previas ha marcado, sin embargo, una estrechez de medios de paralización para las organizaciones de mujeres en el ámbito laboral. Esta restricción se ha traducido en otro tipo de maniobras de “guerrilla sindical feminista” como paros simbólicos de corta duración, donde todas las mujeres de una determinada empresa se reúnen por 15-30 minutos como una demostración de fuerza ante sus empleadores.

Por otro lado, si eres trabajadora por cuenta propia puedes apoyar la huelga feminista cerrando por ese día tu negocio o sitio web de ventas, o no prestar ningún servicio o asistencia como trabajadora el 8 de marzo. Si tienen personas a su cargo pueden liberarlas a todas del trabajo o solo a las mujeres, otorgando también la posibilidad de que cada una decida a consciencia si hacer la huelga o no (siempre que ello no obligue tu propio trabajo).

Huelga educativa

Como una aliada histórica del movimiento feminista, la movilización estudiantil otorga un amplio repertorio de estrategias para realizar la huelga en espacios educacionales: la huelga de lápices, el paro reflexivo en preparación de la marcha y la asamblea triestamental de mujeres suele formar parte de sus despliegues más extendidamente adoptados. Quizás el ámbito más necesario de atender sea el de las propias organizaciones de la política estudiantil / docente y su deseo de visibilizar en lo público su adhesión al 8M: a ellas resultaría pertinente recomendar la obvia adopción de vocerías feministas, aunque sin que ello implique la repartición desigual e incluso abusiva de tareas solo entre las mujeres de la organización.

Del mismo modo, en muchas instituciones universitarias y escolares de carácter mercantil no está permitido llevar a cabo la huelga feminista, existiendo amenazas laborales para quienes ejercen el rol docente o dirigencial. Muchas veces se desconoce a la huelga feminista como una instancia legítima debido a la ausencia de agrupaciones específicamente feministas (estudiantiles, docentes y sindicales) en dichos espacios de enseñanza. En estos casos se recomienda a las docentes realizar una clase extraordinaria y diferente del programa del curso, planificando una discusión en torno a contenidos que reflexionen en torno a las luchas de las mujeres, la división sexual del trabajo y la desigualdad de género de acuerdo a sus posibilidades y contexto. También se recomienda liberar a las estudiantes de participar en dicha instancia, respetando su derecho a hacer la huelga.

Huelga de cuidados y del trabajo reproductivo

Este tercer eje es un llamamiento generalizado al 100% de las mujeres a dejar de cuidar y de encargarse de las tareas domésticas relacionadas al núcleo familiar y su entorno. Hacer las compras de todo tipo, preparar las comidas y meriendas, limpiar, ordenar, cuidar a hijos, hijas o personas mayores o con diversidad funcional, son algunas de las tareas que ese día deberán ser asumidas por los hombres que acompañan nuestras vidas: hijos, esposos, parejas, padres, etc. También tienen un rol potencial en esta dimensión de la huelga las trabajadoras “formales”, sobre todo las dirigentas sindicales, en la medida que es posible proyectar públicamente y desde la articulación sindical una crítica a la división sexual del trabajo desde su revaloración entre las y los trabajadores. Ello por medio de actividades planteadas dentro y fuera del espacio laboral que visibilicen el trabajo de mujeres involucrado en la sustentación de la mano de obra.

En este ámbito de huelga adquiere especial relevancia la planificación de las tareas de crianza y cuidados personales, que deberá ser considerada en soluciones colectivas para poder sostener la adhesión al paro y participación en la marcha de las mujeres que tienen a su cargo a otras personas. En muchos grupos se levanta la idea de organizar guarderías colectivas de padres (varones) para dar soporte y posibilidad real de huelga para aquellas mujeres que no cuentan con medios o apoyo disponibles.

Huelga de consumo

Tan fácil y tan difícil como suena, el paro de consumo es básicamente dejar de comprar o gastar dinero el 8 de marzo, esto con el fin de producir un impacto claro de las mujeres en toda su extensión en los indicadores de la economía local. Es fácil si planificamos previamente las compras más delicadas para los días previos (leche, pañales, alimentación, etc.), pero compleja en la medida que necesitamos atender a todos los pequeños “detalles diarios” de nuestro rol como “consumidoras”: el pago del transporte público, la gasolina y el estacionamiento del vehículo (si tenemos), el uso de servicios públicos y la simple “compra por antojo” pueden aguar el panorama de nuestra huelga en esta dimensión. Con el fin de hacer notar por ausencia el dinero que gastamos a diario, se recomienda potenciar en todo ámbito las comidas caseras colectivas, el compartir movilización o directamente caminar o usar bici, así como denunciar en redes sociales la “división sexual del consumo” implicada en el mayor costo de ciertos servicios a las mujeres (salud, pensiones, productos de aseo, etc.). Si no puedes caminar al trabajo o no puedes faltar, te recomendamos cargar tu tarjeta de transporte con anterioridad y aportar un pequeño granito de arena a la realización de la huelga.

Colectiva Acuerpar
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Agrupación artístico-política que aborda las problemáticas de las mujeres y su irrupción en el espacio público, a fin de confrontar la negación del placer sexual y las políticas del cuerpo signadas por el orden patriarcal y la economía neoliberal.