El resentimiento y la imaginación afectiva de la política

por Nicolás Román

In girum imus nocte y quemarlo todo son consignas paralelas de una impotencia nihilista frente a la lectura de la derrota en el plebiscito y el cierre del ciclo político asociado con el proceso constituyente. La calle, la mecha, quemarlo todo son una política del fracaso, una agonía febril, voluntarista e individualista que hoy propone nada y clama dolorosamente por un enfrentamiento candente contra la inercia del sistema. La política de la mecha no tiene sociedad, colectividad ni masas, es puro fuego pero no refugio. La luz cegadora de la pasión por quemarlo todo es un harakiri estético, una consigna que se desborda en su forma, pero se apaga en su contenido, una consigna útil al calor del resentimiento, pero inútil al fin al cabo frente al clamor de justicia social. Continuar leyendo

Jóvenes de Chile, ¿uníos?

por Álvaro Cabrera

La verdad, con un amigo también somos muy cercanos en cuanto a ideología, y hemos pensado en militar […] pero yo creo que si bien lo hemos pensado, no estoy seguro de que lo haría, porque como te digo nunca he sido muy informado para las cosas, nunca he ido como al detalle máximo de todos los programas o de cómo ha sido la historia o gobiernos previos, entonces siento que tampoco tengo muy claro qué significa militar, porque me es algo muy extraño, muy tabú en la sociedad, pero yo creo que derechamente no sé si sería mi lugar […] como que no termina de ser algo muy fundamental para mí, para asegurar mi participación siempre, digamos. Continuar leyendo

El sentido de la Derrota como una disputa urgente

por Alexander Salin

Es imperativo que la izquierda, tanto en su expresiones políticas (Apruebo Dignidad, Igualdad, etc.) como sus expresiones sociales (movimientos sociales, sindicatos, sociedad civil), recuperen la iniciativa y que a partir de la necesaria autocritica puedan ofrecer una mirada que permita recuperar el sentido del proceso constituyente y marcar una hoja de ruta clara en el corto plazo. Para construir este sentido, la izquierda debe evitar posiciones reduccionistas que limitan campo de acción a una dimensión meramente institucional, pero también aquellas reducciones que plantean un repliegue hacia la movilización social. Ni el congreso ni la calle por si mismas nos van a permitir darle una salida progresista al conflicto social. Por el contrario, el éxito de las fuerzas transformadoras pasa necesariamente por la articulación de sectores movilizados que puedan incidir activamente en la discusión parlamentaria. Continuar leyendo

Mininco incorporation

por Claudio Aguayo Bórquez

Pregunta obligada es cómo un gobierno con una ideología autonomista termina aplicando una ley especial, cuyo único fin es la represión de carácter político (fue la ley que terminó con Alejandra Matus como la primera exiliada de la democracia chilena), a un sujeto cuya agencia política está sustentada en el mismo discurso teórico-político público que enarbola no sólo ya un intelectual (¿orgánico?) del frenteamplismo, sino también en el pasado el propio presidente, quien el 16 de octubre de 2021 declaraba que “la militarización de La Araucanía sólo va a traer más violencia”. Me parece que esta disociación produce efectos devastadores en la subjetividad de izquierda, porque si bien al nivel práctico de la llamada realpolitik y el “maquiavelismo fruna” del muñequeo parlamentario un cambio de opinión puede ser admitido, la vivencia de estos meses ha sido un travestismo de los conceptos, una capitulación de los principios teóricos. Pasó con los “retiros”, donde surgieron discursos perfectamente monetaristas para contener la inflación, se repitió con los estados de excepción en el sur y ahora con la aplicación de la Ley de Seguridad Interior a Héctor Llaitul. Continuar leyendo

Plebiscito de salida: Es hora de confiar en los pueblos de Chile

por Felipe Ramírez

La única certeza que tenemos en este momento es que el Congreso es una barrera contra la que choca no sólo el gobierno y su programa, sino también la futura Constitución, y el único factor que podríamos oponerle es una movilización activa en defensa de las transformaciones que deseamos implementar. Es por ello que urge abrochar un triunfo lo más amplio posible para el Apruebo, de manera de legitimar su contenido y ocupar esa posición como una ventaja adicional para su defensa, la que tendrá sí o sí que expresarse en la cancha de la que provenimos como fuerzas políticas, y que pareciera que abandonamos: las calles. Continuar leyendo

La batalla cultural: La lucha por los afectos, la derecha y la política

por Nicolás Román

La derecha hoy elabora una retórica que está en el campo de los resentidos –sin lugar a dudas–, sus consignas beben de la fuente de la nostalgia de la comunidad representada por los valores nacionales y la familia nuclear, aunque su respuesta ante el escenario de la crisis no es el fascismo orgánico, más bien –en el caso chileno–, se presenta la violencia oligárquica de viejo cuño como la orquesta que pone la música para el baile de las patotas autoritarias, azuzadas por el revanchismo neoliberal que devela su renuncia a la democracia y el liberalismo. Continuar leyendo

Las duras semanas de campaña previas al Plebiscito de Salida: ¿cómo construir una mirada política propia frente a las encuestas de opinión?

por Felipe Ruiz Bruzzone y Ernesto San Martín

Ya hemos mostrado la fragilidad de encuestas como CADEM o Activa Research. A pesar de ello, estas encuestas no transparentan su fragilidad. Al no hacerlo, funcionan como verdaderas armas de desinformación masiva, instalando una idea incomprobable en torno a la cual gira la conversación pública y política. Con ello, contribuyen a desquiciar el debate público y ponen un escenario irreal como piso para el diálogo democrático sobre el cierre del proceso constituyente, así como para dar a conocer los rasgos concretos del borrador de la Nueva Carta Magna. Entre nuestras fuerzas ayuda a desordenar las filas: nos aturde y provoca confusión. ¿Es posible que gane el Rechazo? ¿Cómo deberíamos hacer campaña por el #Apruebo? ¿Qué acciones tiene sentido tomar, electoralmente, en los dos meses que restan para los comicios? ¿Es tan adverso el escenario electoral? Continuar leyendo

En Colombia, la esperanza se llama Petro y Márquez

por Felipe Ramírez

Que la izquierda haya triunfado en la primera vuelta en un país desgarrado por la guerra, donde la insurgencia se suma al sangriento paramilitarismo de derecha, al narcotráfico, al crimen organizado, a la fuerte presencia estadounidense y a la brutal represión del Estado, demuestra que sí se puede vencer. Sin embargo, es claro que se requerirá aún más trabajo. Petro y Márquez ya se encuentran en ello, movilizando a quienes no votaron en esta primera vuelta y a quienes votaron por otras opciones y deseen un cambio en Colombia. Combatir la pobreza y el hambre, aumentar los impuestos a los más ricos, ampliar los planes sociales, avanzar en una transición energética, incorporar a 3 millones de personas al sistema de pensiones son algunas de sus propuestas. Continuar leyendo

Boric y la crisis de expectativas. Un plebiscito diario para recobrar legitimidad

por Sebastián Farfán Salinas

Creo que ante las turbulencias es necesario reestablecer una lectura sobre el malestar y lo que sucedió en el estallido como una incomodidad contra las mismas políticas emancipatorias que pretendemos defender. Una grieta hacia nosotros mismos. La expresión de una herida. Una herida que, si bien expresaba sus potencialidades, mostraba también un lado de la moneda más pesimista. Si el malestar fue reventando contra la institucionalidad y termina estallando en un reventón social, esto no necesariamente expresa una virtud, sino más bien una carencia. Una debilidad de fondo. La debilidad del ejercicio ciudadano y la incapacidad de los sectores populares para generar las instancias institucionales que permitiesen revertir la situación. El “estallar” manifiesta esa frustración y herida. El estallido no manifiesta una conciencia política que estuviera subyacente en el pueblo, sino que expresa una rabia y un malestar profundo contra toda expresión política, donde también cabemos nosotros como izquierda. Si existían potencias que podrían ser interpretadas en dirección progresista (cabildos, cultura, movilización ciudadana), también existen potencias que pueden ser interpretadas en dirección autoritaria y conservadora (chalecos amarillos, violencia, heridos y muertes, etc.) La ciudadanía forjada en tiempos de neoliberalismo expresa malestares contradictorios y múltiples. Continuar leyendo

Marco Velarde, candidato a la presidencia de COMUNES: “Queremos ofrecer a la sociedad un instrumento político que sirva para las luchas sociales”

por Revista ROSA

Lo primero es recobrar la confianza de esa militancia que quedó herida en este proceso, volver a activarla para que sean un aporte al proceso refundacional y den fuerza al partido en el momento político en que nos encontramos. Antes que todo necesitamos un partido vivo y robusto en todo el país para lograr empujar el programa de Gobierno y aprobar el nuevo texto constitucional. El proceso refundacional es abrir el partido a una discusión franca y honesta sobre cómo queremos organizarnos de cara a los desafíos del presente. Debemos repensar nuestro modelo orgánico y nuestros principios políticos, en particular qué izquierda queremos ser para el actual ciclo de cambios. Pero esto no es una discusión queramos dar solo los que estamos en Comunes actualmente, sino que también queremos abrir el partido a más grupos políticos y sociales que se encuentran organizados. No queremos acomodarnos solo entre nosotros, queremos ofrecer a la sociedad un instrumento político que sirva para las luchas sociales vivas y que estas puedan encontrar en Comunes una casa. Continuar leyendo