Declaración Red de Historiadoras Feministas frente al giro fascista de la derecha chilena

por Red de Historiadoras Feministas

Desde los años 90 en Chile, la derecha se ha opuesto al uso de la palabra y el concepto de “género”, oponiéndose a su uso dentro de la Cuarta Conferencia de la Mujer en Beijing en 1995, a la firma del protocolo de la CEDAW, a las JOCAS, al divorcio, al aborto, al lenguaje inclusivo, y a la diversidad sexo-genérica. Se olvidan que la educación pública chilena es laica. Defienden como mandato divino las divisiones dicotómicas de identidades y roles de hombres y mujeres, categorías entendidas de por sí como binarias, biológicas y naturales. Mujeres: madres y esposas reproductoras de la vida; hombres: proveedores y patriarcas de familias, que defienden valores de lealtad y honra en favor de dios y la patria. Continuar leyendo

Mujeres, monstruosidad y militancia en “Las cosas que perdimos en el fuego” de Mariana Enriquez

por María Belén Contreras

La consecuencia del fuego en el cuerpo de las mujeres es hipervisible: una piel chamuscada que pierde las marcas de su individualidad, un rostro que pierde armonía y que, ante todo, se desidentifica. Una mujer quemada es igual a cualquier otra mujer quemada. La transformación organizada por Mujeres Ardientes implica, en cierto sentido, la proletarización del cuerpo femenino, y el proletariado es uno de los monstruos políticos preferido por la imaginación del poder (Negri 103). La descripción del cuerpo quemado de la chica del subte, la única descripción en detalle de la monstruosidad en el relato subraya el efecto máscara del rostro de la mujer: “le quedaba un solo ojo, el otro era un hueco de piel, y la cara toda, la cabeza, el cuello, una máscara marrón recorrida por telarañas” (185). El rostro de la mujer está escondido por su propia quemadura. Continuar leyendo

“Nuestra organización ha elegido el camino de la lucha política basada en la movilización del pueblo y la unidad de las fuerzas patrióticas”: Entrevista a Suhad Al-Khatib (PCI)

por Felipe Ramírez

Muchos iraquíes creen que la invasión de 2003 del país no trajo nada más que muerte, ruina, y la instalación de un sistema corrupto y etno-sectario de cuotas en el Estado que resultó en la fragmentación del país y en el desarrollo del terrorismo y las milicias armadas. El Partido Comunista se opone a la guerra y levantó la consigna “no a la guerra, no a la dictadura”, ya que la guerra y la ocupación son la peor y más destructiva opción. Nuestra organización ha elegido el camino de la lucha política basada en la movilización del pueblo y la unidad de las fuerzas patrióticas. Continuar leyendo

Carmen Berenguer, la jinete invisible

por Camila Alegría Z.

Carmen Berenguer nace en este país que entrega el premio Nacional de Literatura a Gabriela Mistral seis años después de haber recibido el premio Nobel. Aún así, o por eso mismo, en 1987 decide fundar el Primer Congreso de Literatura Femenina, congregando a narradoras de todo el territorio nacional para hacerse preguntas como ¿qué ha ocurrido en Chile con éstas, y cuál es su lugar en este país?, ¿qué pensamos como escritoras?, ¿existe, y si es así, qué caracteriza a la escritura realizada por mujeres? Continuar leyendo

Violencia política sexual o cómo amedrentar mujeres siendo policía

por Javiera Ortiz

Fue en octubre de 2019 que nuevamente asomaron una veintena de casos de violencia política sexual contra mujeres y disidencias, y esos son solamente los casos que se denunciaron; la detención de hombres, en tanto, involucró agresión física y solamente en casos de ser disidencia sexual implicó degradaciones íntimas. Con este antecedente, podemos comenzar a hablar de una agresión específica que se realiza contra los cuerpos de mujeres y disidencias. Continuar leyendo

Un cuarto propio en el confinamiento

por Carolina Olmedo Carrasco

Como advirtiera Virginia Woolf ya hace más de noventa años, nunca un plato de sopa -un mantel lavado, una vajilla reluciente, una mesa impecablemente puesta- fue motivo de una sola línea en la narrativa oficial moderna, predominantemente masculina hasta la primera guerra mundial. Ante el confinamiento que va y viene, las mujeres experimentamos en cierta medida un descubrimiento de semejantes proporciones al de Woolf y su certeza de que para tener una voz propia (siquiera “existir”), la mujer debe como condición “tener dinero y una habitación propia”. En épocas en que parece que nunca una mesa puesta o un plato de sopa serán motivo de interés para el Estado, las tareas estratégicas para el control de la pandemia nunca adquieren un justo relieve e importancia en la sustentación de la vida propuesta por el gobierno a través de su despliegue mediático y militar. Continuar leyendo

8M: Ocho casos de patriarcado judicial que nos conmocionaron y una propuesta

por AML Defensa de Mujeres

A pesar de todos los cambios vertiginosos que hemos vivido en los últimos años, en términos de perspectiva de género, siguen existiendo muchos desafíos y la justicia aún está en deuda con las mujeres, infancias y adolescencias. Como AML Defensa de Mujeres queremos propiciar un debate sobre los sesgos patriarcales aún presentes en el ámbito de la justicia, revisitando ocho casos que nos conmocionaron como feministas y mujeres del derecho. En todos ellos la perspectiva de género brilló por su ausencia, vulnerando a quienes más amparo por parte de la justicia necesitaban: las víctimas. Situarlos en un mismo análisis, así como también observar las resistencias feministas a los sesgos patriarcales en cada uno de sus contextos, nos proponen un escenario en que el desafío de este 8 de marzo es plantear una defensa y profundización de la perspectiva de género en la justicia como un derecho humano a defender. Continuar leyendo

Entrevista a Libertad Méndez: “Queremos garantizar el derecho al goce de las mujeres”

por Diego Saavedra

Escribir una Constitución con mirada feminista permite que nuestras experiencias vitales, antes consideradas como privadas o “problemas de mujeres” sean objeto de deliberación y debate público, como por ejemplo el trabajo doméstico no remunerado o el acoso callejero. Así también permite considerar las condiciones reales de vida de las mujeres y todo quien no calce con el estándar, y entregar herramientas jurídicas con fuerte enfoque de derechos humanos, para así avanzar en varias cosas: frenar la violencia, la precariedad social, entregar medidas de protección, promover la educación en el tema y reconocer los trabajos de cuidados que realizan las mujeres al interior de las familias de forma no remunerada, como la crianza, cuidado de enfermos, labores domésticas y coordinación de la economía del hogar. En el fondo, que no por ser mujer carguemos son ciertos destinos y podamos por fin promover en Chile la integridad física y psíquica de las mujeres, respetando su proyecto de vida propio, su plan vital.  Continuar leyendo

Desigualdad de voz política y proceso constituyente: apuntes feministas sobre la participación política de las mujeres

por Constanza Pérez Verdugo

A lo largo de la historia podemos ver cómo las mujeres hemos sido excluidas de la participación política y nuestra constante lucha por demostrar validez para ser reconocidas en el espacio público. Si bien hoy no tenemos dicha rigidez de cómo entendemos y participamos de lo público, seguimos con otras formas dicotómicas de dominación. Aquí se presentan algunos lineamientos de trabajo y debate en el marco del proceso constituyente y referencias a los cambios sociales y culturales que deben empujar esta transformación, en la que urge entender que la lucha feminista es una lucha con las disidencias sexuales y de género, la cual debe tener una mirada interseccional. Solo a partir de la consolidación de un nuevo pacto social y de nuestra emancipación —y, por lo tanto, la destrucción de la estructura patriarcal-capitalista-extractivista— es que lograremos la igualdad de voz política. Continuar leyendo

Disidencia sexual y militancia partidaria: tensiones y desafíos desde la izquierda

por Leonardo Jofré y Rodrigo Mallea

Para nosotres la radicalidad de la disidencia está no sólo en ser un opuesto, sino en la necesidad de hacer transformaciones profundas. Y, para ello, el aparataje partidista de disputa territorial, institucional y nacional –con disciplina militante que logra abarcar desde una óptica totalizante las distintas áreas de las relaciones sociales de producción y reproducción de la vida– es una condición de posibilidad, pues es lo que permite en lo efectivo un despliegue profundamente transformador. El problema, claro está, es que se nos otorga a las disidencias una doble carga: la disputa política misma del partido en el plano externo y también dentro del mismo, teniendo que justificar recurrentemente de la relevancia de nuestras luchas. Continuar leyendo