Miño, a 19 años

por Camilo Santibáñez Rebolledo

Eduardo no estaba enajenado ni era tonto. Era un hombre de izquierda, comunista; herido, por cierto, y también resuelto. Y, en consecuencia, la cesantía, la enfermedad y la miseria no requerían ser yugos personales para sufrirlos como propios; menos cuando sometían con total impunidad a sus cercanos. Eduardo sencillamente resolvió hacer algo que el mismo calificó como “terrible” al respecto.
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¿Y después del plebiscito? A propósito de la unidad política de la clase obrera

por Gabriel Rivas

Por lo tanto, hoy todo posicionamiento positivo sobre el qué hacer, debe arrancar de la crítica a su hacer táctico existente, a los modos de posicionarse en la producción de esa unidad y a los resultados producidos por su acción. Si el plebiscito es expresión de una fuerza todavía débil, incapaz de tomar el poder político o siquiera tirar al gobierno en curso, habrá que preguntarse por las acciones que mediaron efectivamente la construcción de una fuerza que, a la hora de su prueba efectiva, demostró ser limitada como forma de potenciar la capacidad de lucha política obrera. Problema que apunta entonces hacia las fuentes de su fuerza y si aquello que se hizo permitió o no avanzar en potenciar su capacidad transformadora. Pero, sin más poder que el ser una fuerza económica, la clase obrera sólo podrá contestar esa pregunta si conoce sus propias determinaciones como tal fuerza. Continuar leyendo

El Chile neoliberal en tiempos de Pandemia

por Pablo Cárcamo

La opción del teletrabajo viene a plantearse como una solución posible, sin embargo, no deja de ir en la misma línea de prioridad de sustentar el ciclo laboral económico. Esto, dentro de quienes tienen la posibilidad de hacerlo, sin costo mediante, lo que es resaltable. Para nuestro pesar, no estamos hablando de la totalidad de la masa laboral.
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Acerca del plebiscito de octubre y la clase trabajadora

por Luis Velarde F.

Cuando se dice que la participación provocará que los mismos burócratas, parlamentarios y partidos políticos de dudosa probidad sean quienes redacten la constitución, se hace notable la coincidencia de argumentos con la opción del “rechazo”. Aquí está en juego la idea con que nos representamos precisamente a las organizaciones ciudadanas y de trabajadores ya que en este argumento se presume una inclinación de la población a ser manipulados e instrumentalizados por los aparatos partidistas. Justamente aquí encontramos una contradicción entre, por un lado, la confianza en la organización autónoma de pobladores y trabajadores y, por otro, la desconfianza en su juicio cuando se trata del poder persuasivo de los políticos, sus partidos y sus recursos discursivos. Continuar leyendo

El viejo nombre de la nueva arremetida patronal en los supermercados: polifuncionalidad

por Cristián González Santibáñez y Camilo Santibáñez Rebolledo

La automatización no ha sido la punta de lanza en los cambios introducidos en los supermercados en materia de procesos de trabajo. Ciertamente el involucramiento de tecnologías ha irrumpido en el pesaje del pan y de las frutas y verduras, e igualmente en algunas cajas autoasistidas. Pero estas son las últimas de una serie de modificaciones entabladas contra la pervivencia de determinados puestos de trabajo a partir de la intensificación y el empeoramiento de otros puestos de trabajo. Continuar leyendo

Camioneros: Dictadura y Poder Prostituyente

por María José Clunes S.

Sin esgrimir defensa alguna en favor de las formas más propias del patriarcado embrutecedor, lo “asqueroso”, “cosificador”, “indigno” que se les atribuye a “ellos”, toca directamente a las trabajadoras sexuales y el adjetivo “prostituyente” niega, además, la posibilidad de que esas trabajadoras pudieran haber sido cuentapropistas, es decir, que el pago total de ese servicio haya ido en directo beneficio de ellas y no a manos de un tercero, prostituyente, que puede fácilmente más de la mitad, porque sí y lo más probable es que haya sido así dada las condiciones del ejercicio del trabajo sexual en Chile que opera bajo un manto de clandestinidad. Pero, claro, pareciera que poner el acento en ello sería estar promoviéndolo, como si no existiera.

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“Que la empresa aprenda a respetarnos, valorarnos y tratarnos como seres humanos, no como esclavos”. Entrevista a Servio Hernández, dirigente de los repartidores por aplicación

por Ángel Martin

La pandemia nos hizo abrir más los ojos, darnos cuenta de lo que sucede. La empresa sabe que la mayoría de nosotros somos extranjeros, que necesitamos trabajar sí o sí, y se aprovechó de esta condición en medio de la crisis sanitaria para arremeter con más contundencia al trabajador, ¿por qué? porque el trabajador se ve más obligado a trabajar y tiene miedo de quedarse sin trabajo, entonces, ¿qué hace ella? empezó a bajar los sueldos, a ahorrarse costos y a incrementar la ganancia. En vez de valorarnos como parte del empleo esencial y capital humano, bajó los pagos de los pedidos, bajó los montos para poder hacer pedidos, incremento la carga laboral, impuso jornadas más extensas y más responsabilidad sobre el trabajador, jugadas chuecas que se convirtieron en la gota que rebalsó el vaso. Continuar leyendo

Crisis sanitaria, trabajo y proceso constituyente

por Pablo Delgado

Más allá de la necesaria discusión normativa sobre los contenidos de la nueva Constitución, habilitar una discusión seria sobre el trabajo al proceso constituyente es preguntarse sobre el rol que juega el trabajo en la sociedad, o cuestionar por qué mientras los grandes empresarios tienen derecho a organizarse a través de organizaciones de carácter nacional que interlocutan directamente con el Estado, los trabajadores solo pueden organizarse con plenitud de derechos a nivel de empresa. O por qué en Chile no se permite la negociación colectiva por rama ni la existencia de sindicatos que agrupen a trabajadores de una misma actividad económica de alcance regional o nacional.
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El gobierno de los salarios en Uruguay: del progresismo a la austeridad

por Luis Ibarra

Mientras la economía crecía aceleradamente, a instancias de los precios internacionales de las materias primas y de la inversión de capital extranjero, la mediación política trató de mantener el aumento de los salarios por debajo del crecimiento de la producción. El Frente Amplio aspiraba a lograr de ese modo un crecimiento “con equidad”: salarios que aumentan menos que el producto son absorbidos por la disminución de los costos laborales y protegen los márgenes de ganancia sin subas de precios. Continuar leyendo

La izquierda y las clases sociales en Chile: ¿problema superado?

por Pablo Pérez y Felipe Ramírez

De una izquierda afirmada en un “análisis concreto de la realidad concreta”, como se decía hace unos años, pasamos a tener organizaciones partidarias—o electorales—cuyos lentes de análisis funcionan básicamente a partir del marketing electoral de los partidos tradicionales. Así, en vez de disputar conceptos como el de clase media o clase trabajadora -lo que antes se llamaba dar la batalla ideológica-, los partidos de la nueva izquierda se han enfocado más en “administrar” un conjunto de discursos construidos por la derecha y la centro-izquierda durante décadas. Estos discursos han estado basados, entre otras cosas, en la idea de que un país que superó (supuestamente) la pobreza se convierte automáticamente en un país de “clase media”. Si eso era altamente cuestionable años atrás, en circunstancias como las actuales ello se torna lisa y llanamente inaceptable para quienes pensamos que la construcción de alternativas políticas pasa por cuestionar no sólo las políticas neoliberales, sino también los aparatos ideológicos que ayudaron a legitimarlo. Continuar leyendo